Acción y efecto de amillarar, es decir, regular los caudales y granjerías de los vecinos de un pueblo, para repartir entre ellos las contribuciones. Con este nombre se conocen también los libros en los que se recogen los resultados de esta operación. En los libros de amillaramiento aparecen enumerados todos los propietarios de cada municipio, estando especificadas para cada uno de ellos todas sus propiedades, tanto rústicas como pecuarias (en algunos casos se incluyen también estimaciones sobre propiedades industriales). Se recogen el número de fincas, la cantidad de tierra poseída y su calidad y las cabezas de ganado de cada especie, y se evalúa la riqueza de cada contribuyente. Los libros contienen además resúmenes para cada municipio, a quien estaba encomendada la elaboración y custodia de los mismos.

Se comienza a realizar en 1846, aunque la época de mayor actividad está comprendida entre 1859 y 1863. A partir del reglamento de 30-lX-1885 se producen rectificaciones y puestas al día de los distintos amillaramientos, que llegan hasta 1914/15. Una tercera fase de elaboración se realiza entre 1945 y 1953.