mayordomo.

(Del lat. maior, mayor, y domus, de casa).

1. m. Criado principal a cuyo cargo está el gobierno económico de una casa o hacienda.

En un principio, se trata de un órgano doméstico propio de las formas de gobierno que se organizan sobre el núcleo de oficios inmediatos a la persona del señor de la casa y al orden doméstico de la misma.

En la tradición germánica, se generó un oficio equivalente alrededor del rey, cuyas funciones están relacionadas con el cuidado de su persona y casa, pero que, gracias a la posición de proximidad inmediata al monarca y a la relación de confianza plena que genera, se produce el reflejo en la Administración del modelo doméstico, asociándose a estos oficios funciones administrativas y financieras, además de las políticas, dada la simultánea pertenencia al consejo del rey. En la Baja Edad Media se mantienen el oficio, si bien las Partidas aparece ya únicamente como el encargado del mantenimiento de la Casa Real. En la Edad Moderna se acentúa su carácter honorífico, de forma que sus funciones consultivas y de participación en el gobierno quedan fuera de estos oficios en beneficio de los puestos, de base técnica, de secretarías y consejos.

El concepto “mayordomo”, entendido como administrador de asuntos económicos, aparece en dos realidades institucionales muy importantes en la Edad Media y Moderna: los concejos y las cofradías.

En los concejos, el mayordomo es, fundamentalmente, un oficio de administración y gestión económica y financiera, siendo el órgano de ejecución de las decisiones del concejo sobre economía y finanzas.

En las cofradías, el mayordomo es, principalmente, el encargado de la administración económica de la hermandad, extendiéndose sus tareas al cuidado y gobierno de las funciones desempeñadas por estas congregaciones.