Príncipe de Salerno, conde de Marsico. Hijo de Roberto Sanseverino y Mariana de Aragón, de la familia de los duques de Villahermosa. Huérfano desde muy temprana edad estuvo bajo la tutela de su madre, del conde de Capaccio y de Isabel de Cardona, hermana del virrey de Nápoles. En la pugna que enfrentó a Habsburgos y Valois por el control del reino napolitano, Sanseverino apoyó a las armas imperiales. Más tarde participaría en otras campañas junto a las armas imperiales, como por ejemplo, la que restituyó a los Médici en Florencia o la de Túnez y la Goleta.

No obstante, su cercanía con los postulados valdesianos contribuyó a empeorar sus relaciones con España y, muy especialmente, con el virrey de Nápoles Don Pedro de Toledo. Representó a los napolitanos contrarios a la introducción del tribunal inquisitorial en Nápoles. Don Pedro de Toledo instruyó un proceso contra él en el que se le acusaba de rebelión, herejía y sodomía. Los intentos que llevó a cabo en Venecia para constituir una liga que uniera a la República y a Francia para arrebatar el dominio de Nápoles a la Monarquía Hispánica reforzaron las acusaciones de rebelión. Sus últimos años los pasó alejado de sus dominios territoriales. Supuestamente, llegó a convertirse al calvinismo tras su paso por Suiza. Murió sin descendencia.