Debido al aislamento de la zona cantábrica donde el Gobierno de la República pudo dominar la rebelión militar respecto al resto de su territorio, se constituyeron, dentro del Decreto de transformación de las diputaciones provinciales en consejos provinciales, el Consejo interprovincial de Santander, Palencia y Burgos y el de Asturias y León (Art. 11). Presididas por un Delegado del Gobierno. Tras la pérdida definitiva del norte, el Gobierno de la República declaró disuletos ambos consejos procediendo a establecer una comisión liquidadora.

El Gobierno de la República delegó en el Consejo todas las funciones salvo las de orden público, censura de prensa y radio, así como las reuniones y manifestaciones públicas. Entre otras funciones el Consejo se ocupó de la asistencia a los refugiados de las provincias vecinas, la evacuación de niños y refugiados, el aprovisionamiento de alimentos y armas, o la acuñación de moneda. El Delegado del Gobierno de la República fue Juan Ruiz Olazarán.

Estuvo formado por 14 miembros (PSOE, FOM-UGT, Izquierda Republicana, CNT, PCE, JSU, Partido Republicano Federal, Unión Republicana, FAI). El 10 de febrero de 1937 se publican en el Boletín Oficial de la Provincia el reparto de las siguientes carteras:

1-Consejero de Agricultura: Ángel Escobio Andraca (PCE).

2-Consejero de Asistencia Social: Antonio Lavín Gautier (Izquierda Republicana).

3-Consejero de Crédito Popular: Vicente del Solar (CNT).

4-Consejero de Cultura: Ramón Riuz Rebollo (Izquierda Republicana).

5-Consejero de Exterior: Manuel Ramos (Partido Republicano Federal).

6-Consejero de Ganadería: Mariano Juez (PCE).

7-Consejero de Hacienda: Domingo José Samperio (Unión Republicana).

8-Consejero de Interior: Feliciano Lanza (PSOE).

9-Consejero de Obras Públicas: Antonio Vayas Gutiérrez (FOM-UGT).

10-Consejero de Propaganda: Teodoro Quijano (FAI).

11-Consejero de Sanidad e Higiene: Timoteo Chapero Fernández (CNT).

12-Consejero de Transportes: José Martín del Castillo (PSOE).

La Consejería de Propaganda estaba presidida por Teodoro Quijano de la FAI.

Entre las atribuciones encomendadas a la Consejería de Propaganda se encontraban el fomento del turismo en las tres provincias, la organización y difusión de la propaganda en el extranjero y en el aérea de su jurisdicción, así como su relación con el resto del territorio controlado por la República.