Religioso y diputado. Hijo de Domingo Agustín de Uría y María Timotea Berrueco. Estudió en el Seminario Conciliar de Guadalajara, concluyendo sus estudios en el Colegio de San Ildefonso de México. En 1784 se doctoró en Teología, obteniendo la Cátedra de Filosofía de ese mismo Colegio en 1785. Fue designado cura del Sagrario de la catedral de Guadalajara en 1792, cargo que ocupó hasta 1803, año en el que renunció a él al ser nombrado canónigo penitenciario de dicha catedral. También en 1792 se incorporó a la recién fundada Universidad de Guadalajara como catedrático de Prima Teología, puesto que ocupó hasta 1809.

Fue designado diputado a Cortes por Guadalajara en julio de 1810, llegando a Cádiz en febrero de 1811 y prestando el juramento correspondiente en marzo de ese año. Durante su participación en las sesiones presentó, de nuevo, demandas de la Nueva Galicia, como la creación de su propio Tribunal de la Acordada y de un Juzgado Superior de la Real Hacienda. Liberal moderado, abogó por los intereses americanos, siempre desde postulados liberales, y propugnó una total igualdad de derechos políticos de los habitantes de América, con la concesión de derechos de ciudadanía a las diferentes castas. En febrero de 1812 pidió su separación de Cortes y solicitó permiso para regresar a Nueva España, que se le concede el 28 de ese mes, por motivos de salud.

De vuelta en Nueva España, fue nombrado consejero real tras la restauración de Fernando VII. De noviembre de 1815 a noviembre de 1817 fue rector de la Universidad de Guadalajara, y capellán del cabildo catedralicio de dicha ciudad. Con la restauración de la Inquisición fue nombrado inquisidor honorario del Tribunal del Santo Oficio. Finalmente, después del restablecimiento de la Constitución, en 1820 fue nombrado vocal de la Diputación Provincial de Guadalajara y, en 1821, se le designó miembro de la Junta Patriótica de Guadalajara.