Barón de Gurrea; lugarteniente del reino de Mallorca entre 1512 y 1525. Hijo de Lope de Gurrea y Gurrea. Fue nombrado en el cargo de lugarteniente por Fernando el Católico. Una de sus primeras actuaciones fue la dirección de una expedición armada contra Bujía. Confirmado en el cargo por el emperador en 1516, hubo de enfrentarse a los ataques políticos contra su familia fomentados por el secretario Hugo de Urríes. Esto generó una cierta división dentro de la corte mallorquina, entre sus partidarios y los que abogaban por Francisco de Sant Climent. No obstante, Gurrea fue nuevamente respaldado por el emperador que le confirmó en el cargo por un nuevo trienio.

Era lugarteniente con el estallido de las germanías que trató de atajar de raíz con el apresamiento de varios dirigentes menestrales. Sin embargo, este movimiento logró el efecto contrario: trataron de destituirle argumentando su condición de aragonés y se llegó al punto de que hubo de huir de la isla de Mallorca y refugiarse en la de Ibiza. Allí pudo recomponer sus fuerzas y lanzar las expediciones para la recuperación de la isla mallorquina. Tras varias victorias, recuperó el control de la misma hacia 1522 y en 1523 cayó en sus manos la capital. Todavía permaneció en el cargo dos años más, y en 1525 regresó a Aragón donde asumió la regencia del reino, puesto que más tarde desempeñaron su hijo Francisco y su nieto Juan.