Institución
Apostadero de Marina de La Habana (Cuba)Otras formas
desde 1747 hasta 1898
La necesidad, en el s. XVIII, de tener unas posiciones estratégicas en los puertos que permitiesen el avituallamiento seguro de los navíos, su reparación, y la planificación y gestión de la defensa, llevó a la corona a crear los apostaderos tanto en la Península, como en Ultramar. Estos apostaderos tuvieron dos funciones fundamentales: logística y estratégica, pero pronto se le añade una función fiscal.
El rey Carlos IV en la Ordenanza Naval de 1794, estableció su naturaleza y delimitó el alcance funcional de los apostaderos. Por R. O. de 31 de mayo de 1724 comienzan las obras de construcción del astillero de La Habana (1725) y se terminan en 1747, año en que se ordena trasladar allí el Apostadero Marítimo de Fuerzas Navales. En 1767 se declaró La Habana puerto capital y apostadero de los buques de guerra destinados a la América central.
Ordenanzas Generales de La Armada Naval (1793).
FRANCO CASTAÑÓN, Hermenegildo. Los apostaderos: factor esencial del apoyo naval. En: Revista General de Marina. 2009. 239-245.
Campo Hernán, Pilar del; López Wehrli, Silvia A; Díaz Más, Miguel. Fuentes documentales sobre Ultramar en el Archivo General de la Marina (1868-1900). Ministerio de Defensa, Secretaría General Técnica. Madrid: 1998.
Ministerio de Defensa. Cuadro de clasificación del Archivo General de la Marina "Álvaro de Bazán".