Anarquista, neomalthusiano, autor del intento de regicidio contra Alfonso XIII el 31 de mayo de 1906, el día de su boda con Victoria Eugenia.

Mateo Morral Roca nació el 27 de noviembre de 1879 en Sabadell (Barcelona). Era hijo de Martín Morral Badia, un industrial del textil sabadellense de carácter liberal que militaba en Unión Republicana, y de su mujer, Ángela Roca Brujas , una católica integrista influido por el clérigo sabadellense Félix Sardà i Salvani. Por el contrario, su padre no era bien visto por la burguesía local dominada por las ideas integristas de l dirigente patronal Joan Sallarès i Pla.

La familia de Mateo Morral intentará educarlo como un futuro industrial. Al cumplir los 13 años, en 1892, en parte por decisión paterna para completar su formación para aprender y en parte por los deseos de su madre de alejarlo del núcleo familiar, fue enviado a vivir con un comerciante de lanas de Reims (Francia) con quien la empresa mantenía relaciones comerciales. Allí la familia le proporcionó una pensión escasa. De hecho, al cabo de unos años le retiraron la pensión, que Mateo no reclamó, y tuvo que trabajar para sobrevivir. A los 15 años trabajó en varias casas comerciales de Barcelona y después se trasladó a Leipzig en Alemania, para finalizar sus estudios de ingeniería textil . Sus biógrafos consideran que fue en Alemania donde se entusiasmó por las ideas de Nietzsche y entró en contacto con las ideas neomalthusianas de Max Hausmeister, fundador del diario neomalthusiano Harmonishe Verein . En esa etapa alemana mantuvo una relación amorosa con Olga Brandt.

A finales de siglo, tras la muerte de su madre y de su hermano mayor, en 1899 regresó a Sabadell con veinte años, llamado por su padre para dirigir la fábrica familiar al principio con eficacia , pero compartiendo ya el pensamiento anarquista lo que provocará que pronto surjan problemas familiares a causa de las charlas que imparte a los trabajadores sobre cómo organizarse y sobre la huelga como herramienta de clase, participando incluso en fallidos intentos de huelga en los años 1901 y 1902 y en proyectos de comunas con su antiguo compañero de primaria Albano Rosell. Mateo Morral será uno de los principales promotores en España del neomalthusianismo entre las mujeres trabajadoras, que conocía por sus viajes por Europa. Era uno de los pocos anarquistas españoles que dominaba varias lenguas, lo que posibilitó que tradujera varias publicaciones neomalthusianas y fuese corresponsal del periódico Regénération de la Liga Universal de la Regeneración Humana, con sede en París.

A principios del siglo XX, acompañado de su amigo José Vila, visitó varias ciudades alemanas y belgas, además de París y Londres, donde conoció a Errico Malatesta. Se hará amigo de los médicos anarquistas Pedro Vallina y Luis Bulffi, conocerá a Anselmo Lorenzo y a Francisco Ferrer Guardia, a la la nihilista rusa Nora Falk y, según algunos periodistas y cronistas de sucesos, estaría enamorado de la compañera de Ferrer Guardia, la maestra de educación infantil Soledad Villafranca, lo que negó su amigo Albano Rosell. S u relación con la anarquista rusa Nora Falk fue más estable, ya que en los últimos años de su vida fue su compañera inseparable, con quien convivió cuando rompió con su familia, y de quien se sospecha le ayudó a preparar el atentado contra el monarca y que desapareció sin dejar rastro después del intento de regicidio.

Durante ese período escribirá varios textos breves como Pensamientos revolucionarios, editado con la colaboración de Nicolás Estévanez Murphy, un militar y político español, diputado por el Partido Republicano Federal y ministro de la Guerra durante la Primera República Española, y de Alejandro Lerroux, con un prólogo de Federico Urales. Morral recibía en su casa la prensa neomalthusiana de Francia y Alemania y preservativos de la liga francesa.

Desde 1901 se relaciona con Francisco Ferrer Guardia, también defensor de las tesis de Malthus. En 1904 fundó la sección de la Liga Neomalthusiana Española en Barcelona, poco después se adherirá la sección de Sabadell, integrada por un colectivo de mujeres, denominado Amor y maternidad libre y otro de hombres. Colabora y financia el periódico anarquista La Protest a y su sucesor, El Trabaj o, órgano de la Federación Obrera de Sabadell. Desde finales de 1904 se fue desvinculando de la empresa familiar para entregarse a la agitación anarquista, convirtiéndose en uno de los principales activistas anarquista de Cataluña. Los historiadores han analizado las circunstancias de los atentados contra Alfonso XIII de esos años y la posible relación de Mateo Morral con los mismos, especialmente con el segundo de ellos, el del 31 de mayo de 1905 en París, que habría motivado, s egún Abad de Santillán, su alistamiento en la Legión Extranjera francesa en Argelia, de la que desertó a dos meses después.

A su vuelta de Argelia, a finales del 1905, se produjo la inevitable ruptura con su padre, que devino definitiva en enero de 1906 tras un frustrado intento de reconciliación. Tras abandonó la empresa familiar y comenzó a trabajar en la Escuela Moderna como encargado de la biblioteca y de la librería.

A finales de 1905 Mateo Morral organizó, en el teatro del Centro Lírico Dramático y Artístico de Sabadell, la representación de la obra Les Avariés de Eugéne Briux, acompañada por la conferencia del médico barcelonés, Narcís Serrallach, quien explicó las funciones del preservativo como método para prevenir las enfermedades venéreas y evitar los embarazos no deseados. Con gran escándalo de la Iglesia católica y de la burguesía local, ésta fue la primera que vez en Sabadell se hablaba públicamente de estos temas. Poco después se asoció con el médico Luis Bulffi de Quintana, médico anarquista y fundador del Ateneo Enciclopédico Popular de Barcelona, en la Biblioteca Salud y Fuerza, proyecto con el que pretendían difundir las ideas de Paul Robin. Con Anselmo Lorenzo tradujo el folleto Generación voluntaria del teórico de la educación integral, Robin, que difundirá entre los obreros, asunto por el que será detenido y encarcelado.

Tras vivir unos meses con Nora Falk en una pensión de la Plaza de Cataluña de Barcelona, en abril alquiló un piso en el edificio de la Escuela Moderna (calle Bailén 56, 3º-2º) a nombre de Mateo Roca, donde se instaló con Falk. De hecho en los últimos años de su vida fue su compañera inseparable, con quien convivió cuando rompió con su familia y de quien se sospecha le ayudó a preparar el atentado contra el monarca y que desapareció sin dejar rastro después del intento de regicidio.

El 7 de mayo abandonó la Escuela y después viajó a Madrid desde Barcelona con la falsa identidad de Manuel Martínez, comerciante de lanas, donde al parecer llegó el 21 de mayo, instalándose primero en el Hotel Iberia de la calle Arenal, que no servía para sus planes, y mudándose el 24 para una pensión del número 88 de la calle Mayor desde la que sí podía ejecutar su plan. Durante esos días frecuentó algunos cafés de Madrid, llegando a conocer a Pío Baroja, a su hermano Ricardo y a Ramón María del Valle-Inclán en el Café Candelas de la calle de Alcalá, donde tenían la tertulia.

El 31 de mayo, cuando los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia regresaban al Palacio de Oriente desde la iglesia de San Jerónimo el Real, donde tuvo lugar la ceremonia religiosa de la boda, desde el cuarto piso del número 88, el actual numero 84, de la Calle Mayor, Mateo lanzó una bomba camuflada en un ramo de flores sobre el carruaje real sin conseguir impactar con éste, pues el ramo tocó la catenaria del tranvía y se desvió hacía la multitud que contemplaba el desfile. Los reyes salieron prácticamente ilesos, pero el atentado provocó veintiséis muertos y cerca de cien heridos de diversa consideración, muchos de los cuales se quedarían ciegos.

Tras el atentado, Mateo Morral fue a refugiarse, a primera hora de la tarde, a la redacción de El Motín, cuyo director, José Nakens, a quien no conocía personalmente, que facilitó a Morral acomodo en la casa de un tipógrafo de su imprenta en el barrio de Las Ventas , el exteniente republicano Bernardo Mata . Allí pasó la noche y le proporcionaron ropas de obrero para pasar desapercibido. Consiguió escapar de Madrid y al mediodía del 2 de junio llegó a la estación de Torrejón de Ardoz, donde se interesó por los trenes hacia Zaragoza, pero ante la sospecha de que pudieran identificarlo decidió abandonar el lugar y se dirigió a la Venta de los Jaireces. En la venta, situada en el término de San Fernando de Henares y próxima a la estación de Torrejón de Ardoz, levanto las sospechas de los venteros mientras comía y esperaba el tren para Barcelona. Estas personas, que sospecharon de él por sus dedos vendados, su acento catalán y por la falta de correspondencia entre sus finos modales y la ropa que vestía, un mono de mecánico, avisaron Fructuoso Veg a, guarda jurado particular de la finca de Aldovea, quien, tras requerirle la documentación, le conminó a acompañarle al cuartelillo de Torrejón de Ardoz.

Las fuentes de la investigación oficial, recogidas en el sumario 220/1906, sostienen que se entregó pacíficamente, pero cuando era conducido por el guarda al cuartelillo, mató a éste de un tiro con su revolver y se suicidó a continuación. R ecientemente el diario ABC, tras revisar la autopsia y las fotografías póstumas del autor del atentado, ha puesto en duda esta versión y sostiene que Morral no se suicidó, sino que le disparó otra persona. El cadáver fue conducido a Madrid el 3 de junio, tras ser protegido de los furiosos vecinos de Torrejón. El guarda fue enterrado en s u localidad natal, Loeches, y en su honor el duque de Tovar, propietario de la finca y palacio de Aldovea, costeó una cruz que se colocó en el kilómetro 4 de la carretera de Torrejón a Arganda, que se mantuvo allí hasta que fue retirada en la época de la Segunda República.

En 1931, con el advenimiento de la II República, Alfonso XIII fue declarado culpable de alta traición y algunas calles, como en Sabadell, que llevaban el nombre del monarca pasaron a denominarse Mateo Morral, como también lo fue la madrileña calle Mayor en plena guerra civil.

Según escribió Pío Baroja, que conocía a Mateo Morral del Café, la bomba le habría sido entregada diez días antes del atentado, procedente de Francia y envuelta en una bandera francesa, por Nicolás Estévanez, quien se encontraba en Barcelona, de incógnito, entre el 16 y el 22 de mayo, fecha en la que salió en barco hacia La Habana. Además, dos o tres año después, estando en una cervecería de la Avenida de Orleans de París Pío Baroja, Estévanez y el periodista Javier Bueno Bueno, éste último le dijo a Nicolás Estévanez que creía que él había participado en el atentado. E s probable que don Pío Baroja ya supiera entonces que Javier Bueno era hijo no reconocido de José Nakens, nacido en 1890 de los amores del anciano director de El Motín con la actriz Soledad Bueno.

El atentado de Morral tuvo consecuencias importantes para el movimiento anarquista, pues basándose en sus relaciones con Ferrer Guardia, se montó un escandaloso proceso judicial que culminó tres años después con una nueva acusación de ser el instigador de la Semana Trágica y con el fusilamiento de Francisco Ferrer y el cierre definitivo de todo lo que tuviera que ver con la Escuela Moderna.