Escritor español.

Nació en el seno de una familia humilde, siendo hijo de Miguel Barea Medrano y de Leonor Ogazón Romo. Perdió a su padre con solo dos meses de edad. Entonces se trasladó con su madre y sus hermanos (Miguel, Concha y Vicente) a vivir a Madrid, dónde su madre trabajó como lavandera. Gracias al apoyo de sus tíos pudo estudiar en las Escuelas Pías de San Fernando en Madrid hasta los 13 años. Se formó de manera autodidacta. Trabajó en varios oficios y ente ellos, fue empleado de banca, ingresando en la UGT en 1913 y contribuyendo a la organización del Sindicato de Empleados de Oficinas de Madrid.

En 1920 marchó a realizar el servicio militar en Marruecos y allí alcanzó el grado de sargento. A su regreso trabajó en una oficina de tramitación de patentes. Afiliado a la Agrupación Socialista de Madrid durante la Segunda República.

Se casó con Aurelia Grimaldos y fueron padres de cuatro hijos: Carmen, Adolfina, Arturo y Enrique. El matrimonio acabó divorciándose en 1938 y A

Durante la guerra civil española, Arturo trabajó en la Oficina de Censura de Prensa Extranjera del Ministerio de Estado, que estaba ubicda en el edificio de Telefónica de la Gran Vía madrileña. Allí conoció a la periodista austríaca Ilsa Kulcsar, nacida Ilse Pollak, que había venido a España durante la guerra para apoyar la causa republicana. Arturo e Ilsa trabajaron juntos en la censura de los periodistas extranjeros.

Barea fue presionado a lo largo de la guerra por los consejeros soviéticos instalados en España. En 1937 Ilsa fue acusada de trotskismo, por lo que ambos huyeron a Valencia, donde el Jefe del Departamento de Prensa les confirmó en sus funciones y tras ello volvieron a su trabajo en Madrid.

También trabajó como locutor de radio en un sótano de la Gran Vía madrileña, donde todas las noches leía sus crónicas con el objetivo de motivar a los soldados republicanos. Finalmente, en 1938 se desplazaron a Barcelona pues eran perseguidos por los comunistas. De allí pasaron a París, dónde vivieron el último año de la guerra.

En el verano de 1939 se instalaron definitivamente en Inglaterra y, con el estallido de la segunda guerra mundial, el matrimonio solicitó asilo como refugiados políticos. Arturo buscó trabajo en la BBC mientras que Ilsa empezó a trabajar como monitora de esta cadena. Comenzó a colaborar en la Sección Latinoamericana de la BBC bajo el seudónimo de Juan de Castilla. Desde 1941 la BBC ofreció a Barea continuar escribiendo narraciones breves de manera permanente. Sus colaboraciones continuaron hasta su muerte.

Desde Inglaterra el matrimonio realizará una firme defensa de la República Española, así como de la cultura hispana. Un ejemplo de ello es el ensayo titulado Struggle for the Spanish Soul. La mayor parte de su producción literaria la realizó en el exilio, destacando especialmente La forja de un rebelde, que consta de 3 partes: La forja, La ruta y La llama. Otra obra importante fue The Broken Root donde se narraba la España de la década de los cuarenta. En 1945 escribió Lorca. The Poet and his People. En 1949 se le concedió la nacionalidad británica. En los inicios de la década de los 50 se dedicó a estudiar las obras de Unamuno y a traducir poesías de Antonio Machado.

Además, trabajó como profesor de literatura en Estados Unidos y para la revista parisina Combat y para Cuadernos del Congreso por la Libertad de la Cultura.

Barea falleció durante la nochebuena de 1957 en su hogar en Inglaterra, una una casa que era propiedad de Gavin Henderson, II duque de Faringdon, noblés inglés que acogió y apoyo al matrimonio y a otros exiliados españoles.