Psicóloga, maestra y educadora española. Ha sido probablemente la primera dedicada profesionalmente a la psicología aplicada en España. Hija del músico Pantaleón Rodrigo Falces y de María Bellido Díaz, ambos de Navarra. Hermana de la compositora y pianista María Rodrigo Bellido.

Se graduó como maestra en la Escuela Normal de Maestras de Madrid, donde obtuvo el título en 1911. Amplió estudios en el Colegio Nacional de Sordomudos y Ciegos (1912) e inició sus trabajos en el entonces Patronato Nacional de Anormales, creado en 1914.

Fue becada por la JAE para ampliar estudios en 1920 en Ginebra (Suiza) para realizar estudios psicopedagógicos en el Instituto Juan Jacobo Rousseau. Allí trabajó con Édouard Claparède, Jean William Fritz Piaget, Pierre Bovet y otros conocidos psicólogos de la época.

Regresó a España en 1923. Trabajó como directora pedagógica en el Instituto Médico-Pedagógico en Carabanchel (Madrid), dirigido por el doctor Gonzalo Rodríguez Lafora, entre 1925 y 1929. A partir de 1929 trabajó en el recién creado Instituto Psicotécnico de Madrid, el cual lideró con el de Barcelona, la red de centros psicotécnicos de la época. Fue ascendida a subdirectora y, durante la Guerra Civil, ocupó la dirección del Instituto en ausencia del resto de sus compañeros. También ejerció como psicóloga en la Clínica del Tribunal Tutelar de Menores de Madrid (1934-1939).

Toda su inmensa labor profesional en España se vio truncada con el final de la contienda. Se exilió en Ginebra junto a su hermana María y después marcharon a Bogotá, donde llegó invitada por el rector de la Universidad Nacional de Colombia, Agustín Nieto Caballero. En este país desarrolló durante una década una gran labor de promoción de la psicotecnia y, en general, de la psicología científica. En 1947 se fundó el Instituto de Psicología Aplicada de en el seno de dicha universidad.

Tras el golpe militar en Colombia en 1950 se vio obligada a marcharse a Puerto Rico y lo hizo en compañía de su hermana María y del doctor García Madrid. En San Juan siguió trabajando como psicóloga clínica, ahora al servicio de la organización de veteranos (veterans administration) del ejército estadounidense (1955-1972). Contribuyó también a la fundación de la Asociación de Psicólogos de Puerto Rico. Allí permaneció hasta su muerte, y se halla enterrada con otros muchos exiliados españoles en el cementerio de Santa María Magdalena Pacis, en la capital portorriqueña.