Quimico y divulgador científico. Hijo de Antonio Casaseca, funcionario del gobierno bonapartista, marchó al exilio junto con su familia tras el regreso de Fernando VII. Se formó y licenció en la Universidad de París como alumno de Jacques Thénard. Durante el Trienio Liberal regresó a España como ayudante de la cátedra que ocupaba Alcón Caduch en la facultad de Filosofía de Madrid. No obstante el fin del periodo constitucional y el exilio de Calduch provocaron su retorno a Francia, a Montpellier, donde estudió medicina y donde trabajó en la farmacia de un boticario francés. Fue nombrado miembro de la Société de Pharmacie de París, de donde ya era socio correspondiente extranjero. En 1827 regresó a España y asumió la cátedra de Química del Conservatorio de Artes y Oficios. En 1830 hizo un viaje por Inglaterra donde entró en contacto con los avances de la Revolución Industrial.

Entre 1832 y 1836 ocupó diversos puestos administrativos hasta que se le concedió, por Real Orden, la cátedra de Química en La Habana. Si bien su saber contribuyó a mejoras importantes, no dispuso de los suficientes medios para poner en marcha todos sus proyectos. Los años finales de su vida los pasó Casaseca en Canarias, Montpellier y, finalmente, en Barcelona, donde, sin apenas apoyos y con escasos ingresos económicos, atravesó momentos difíciles que describió en su correspondencia con su discípulo Álvaro Reynoso, en la que llegó a afirmar: "¡Qué desgracia ser hombre científico y haber nacido español!".

Fue miembro dela Real Sociedad Patriótica de la Habana y de la Sociedad Zoológica de Londres, además de recibir la Cruz de la Orden de Isabel la Católica.