Emilia de Guermeur nació a finales del siglo XVIII en el seno de una familia de la burguesía mercantil de Finistère, ubicado en el extremo occidental de la región de Bretaña francesa.

Contrajo matrimonio en 1806 con Luis de Lacy Gautier, en aquel entonces capitán de la legión irlandesa del ejército napoleónico situada en la ciudad de Morlaix (Quimper). En 1808 el militar hispano-irlandés, destinado a combatir en la campaña de España, pasará al bando patriota que luchaba contra el ocupante francés de la península Ibérica.

Solo en 1811, tres años después, los dos cónyuges consiguieron reencontrarse en Barcelona. Lacy fue nombrado jefe de los ejércitos españoles en Cataluña y pidió a Emilia que se trasladase a Palma de Mallorca. Con el fin del régimen liberal en 1814 Lacy fue destituido y, privado de su salario, pasando al cuartel de Valencia, donde se reuenirá con su esposa.

La relación entre los dos, ya muy deteriorada desde hace tiempo, culminará con la separación y el regreso de Emilia de Guermeur a su Bretaña natal en 1815. No volverá a España hasta 1817, cuando Luis de Lacy, responsable de la insurrección y pronunciamiento fallido de abril de 1817, fue condenado a muerte y ejecutado el 5 de julio del mismo año, convirtiéndose así en héroe y mártir del primer liberalismo español.

A partir de 1820, Emilia de Guermeur empezó a destacar en el ambiente liberal español reivindicando la presencia de las mujeres en la esfera pública de la política. En Madrid, lideró un grupo de ciudadanas que exigían a las Cortes cambiar su reglamento y permitirles ocupar los asientos de la cámara de diputados reservados para el público, hasta aquel entonces solo de sexo masculino. La viuda de Lacy fundamentó sus exigencias en la historia de las mujeres que se habían ganado sus derechos haciendo gala de sus virtudes políticas, utilizando a María Pacheco, viuda del comunero Juan Padilla, entre los ejemplos más significativos.

Junto con Antonio Solana, editorialista de los periódicos exaltados "El Zurriago" y "La Tercerola", la viuda de Lacy firmó en 1822 un panfleto titulado "La Congresa Española, restablecimiento de la libertad y prosperidad de España", denunciando la corrupción y la indecencia de los diputados de Cortes.

El mismo año se desplazó a Barcelona, para inaugurar junto con el general Rafael Riego una tertulia patriótica que llevaba el nombre de su esposo y que admitía a las ciudadanas como socias. La viuda de Lacy fue también una de ellas, repartiendo su tiempo entre las sesiones de la tertulia y el local de la calle Escudellers, donde confeccionaba con otras ciudadanas los uniformes de los milicianos.

Algunas de estas costureras fueron la matriz del batallón de "señoras milicianas" que empezó a organizarse en enero de 1823. Los fines del batallón eran el auxilio y la asistencia a los heridos, pobres y desvalidos, siguiendo el ejemplo de la compañía de mujeres de Santa Bárbara que ayudó a los defensores de Girona durante el sitio napoleónico. En marzo, las milicianas escogieron a Emilia de Guermeur para su dirección.

Tras la capitulación de la ciudad de Barcelona en noviembre de 1823 y el final del Trienio Liberal, Emilia de Guermeur se marchó hacia el exilio a Francia e Inglaterra, junto a varios grupos de liberales españoles. Volverá a pisar territorio español en virtud de la amnistía de 1832 aprobada por Fernando VII.