Noviciado jesuita fundado en Sevilla.

La fundación del noviciado tuvo lugar en un momento en que la presencia jesuita en la ciudad se había estabilizado y contaba con diversos centros de residencia y enseñanza (Casa Profesa y Colegio de San Hermenegildo). Para completar este panorama se decidió crear un noviciado que serviría como centro de enseñanza y formación de futuros jesuitas, especialmente garantizando la continuidad de la Orden en Sevilla y en la provincia Bética.

En 1599 el proveedor General de las cosas de Guerra, Juan Fernández de Castro, dejó en su testamento todos sus bienes a la Compañía para la fundación de un Noviciado. Al no ser suficiente, al año siguiente su viuda, Luisa de Medina, destinó parte de dote a esta empresa.

Con estos recursos la Compañía pudo adquirir en 1603 unas casas situadas en la collación de Santa Marina, que habían pertenecido a los duques de Alcalá. Gracias a sucesivas donaciones fue conformándose la institución que contaba con una iglesia aneja. Ese mismo año de 1603 comenzaron a llegar los primeros ocupantes y, en enero de 1604, se celebró de forma oficial la primera misa en la iglesia. Hubo que esperar hasta 1610 para que comenzaran a llegar de forma regular los novicios a la nueva sede, conocida también como Casa de Probación, consagrada a San Luis de los franceses, al parecer, por deseo de su fundadora.

En 1695 se hundió la zona del presbiterio de la Iglesia y se proyectó y amplió una nueva a cargo del arquitecto Leonardo de Figueroa. Las obras se extendieron desde 1699 a 1731 cuyo resultado ha pervivido hasta la actualidad.

Entre 1764 y 1765, gracias a la donación de Dionisia de Encinas y su marido Nicolás de Robles, se construyó en el solar del propio Noviciado unas Escuelas Pías para la enseñanza pública. Poco después, en 1767 Carlos III promulgaba la Pragmática Sanción donde se decretaba la expulsión de los jesuitas de España, quedando el Noviciado vacío.

Tras una terrible riada que tuvo lugar en 1784 los franciscanos de San Diego solicitaron al rey autorización para ocupar el abandonado edificio jesuita tras la destrucción de su casa en el desastre natural. Tras el restablecimiento de la Orden Jesuita con el rey Fernando VII se volvió a poner en funcionamiento el Noviciado sevillano abriendo a su vez una casa de primeras letras. Durante el Trienio Liberal volvieron a ser expulsados, pero regrsearon al Noviciado al comienzo de la Década Ominosa. La pérdida definitiva del complejo tuvo lugar con la Desamortización de Mendizábal. Posteriormente se convirtió en sede del Hospicio Provincial hasta su abandono en 1968. En 1984 se restauró y fue sede de varias instituciones relacionadas con las Artes Escénicas.