Sacerdote, catedrático y diputado español.

Hijo de Diego Antonio Muñoz Torrero, farmacéutico y profesor de Latín, y de María Francisca Ramírez Moyano. Estudió Teología y Filosofía en la Universidad de Salamanca. Se ordenó sacerdote y fue nombrado en 1784 catedrático de Filosofía. En 1787 fue nombrado por unanimidad rector de la Universidad de Salamanca, preocupándose por la reforma de los métodos de enseñanza y los estudios.

Tras el alzamiento contra José Bonaparte en 1808 fue nombrado miembro de la Junta Suprema de Extremadura y enviado a Cádiz como diputado a las Cortes Generales, al ser elegido el 23 de julio de 1810 por Extremadura. Tuvo un destacado papel en la elaboración de la Constitución española de 1812, pues fue nombrado en 1811 como presidente de la comisión redactora del texto constitucional, destacando en su defensa de la libertad de imprenta, la separación de poderes, asíc omo en la abolición de la Inquisición española.

Con el regreso de Fernando VII y la restauración del absolutismo fue encerrado seis años en un monasterio coruñés. Al dar comienzo el Trienio Liberal, Muñoz-Torrero fue nuevamente elegido diputado por Extremadura, y las Cortes le nombraron presidente de su Diputación permanente, logrando suprimir la Inquisición de forma definitiva. El Gobierno le nombra obispo de Guadix pero el papa no refrendó el nombramiento.

Con la Restauración en 1823, tras la entrada de las tropas absolutistas de los Cien Mil Hijos de San Luis, huyó al exilio en Portugal, donde fue perseguido, torturado y encerrado en la Torre de San Julián da Barra, hasta su muerte el 16 de marzo de 1829.