Soprano y profesora de canto que desarrolló su carrera en Brasil.

Catedrática en el Instituto de Bellas Artes de la Universidad de Porto Alegre. Entre sus alumnos, destacaron las sopranos Therezinha Monteiro y María Helena Schneider. Participó en las Noches Líricas que los barítonos Emilio Baldino y João Gomes Falcão crearon, junto al maestro Roberto Eggers, en 1929. También actuaron en estas veladas los bajos Antonio Carlos Hartlieb Lima y Pedro Provenzano, los tenores Armando Mecone y José Antonio Porcello, y las sopranos Elsa Bersano Tschoepcke y Branca Bagorro.

Fue miembro del Orfeão Rio-Grandense, creado el 5 de septiembre de 1930 en Porto Alegre. En la temporada de 1934, cantó en la ópera “Cavalleria rusticana” (1890) de Pietro Mascagni, en la que intervinieron Antonio Porcello, João Gomes Falcão, Léo Schneider, María Helena Leão, Roberto Eggers, Conchita Frasca, Demófilo Xavier, Ruggiero Micheletto y Renaud Jung.

Perteneció al Conselho Técnico Administrativo (OCTA) de Rio Grande do Sul, que creó el 16 de enero de 1939 el Curso Técnico de Arquitectura y recuperó los cursos de música y artes plásticas. El OCTA estaba dirigido por Tasso Correa y los profesores que impartieron clases fueron Oscar Simm, Demócrito Álvaro Xavier, Ángelo Guido, Joao Fahrion y Fernando Corona y la propia Olga.

Admiradora de Falla, le escribió desde Porto Alegre, el 28 de noviembre de 1939, para solicitarle un autógrafo y preguntarle acerca de su obra vocal. Falla le respondió el 4 de enero de 1940, adjuntó el autógrafo y le indicó los catálogos de las editoriales Chester; Rouart, Lerolle & Cie; y Éditions Max Eschig en los que podía encontrar sus composiciones; el 7 de marzo de 1940 agradeció a Falla su amabilidad.