Escritora, profesora y académica española.

Hija del abogado Enrique Ucelay Sanz y de Pura Maórtua Lombera; tuvo tres hermanas: Luz, Carmen y Matilde Ucelay.

Estudió el bachiller en el Instituto Escuela y después, la carrera de derecho en la Universidad Central de Madrid entre 1933 y 1936. Se casó en octubre de 1936 con el escritor Ernesto Guerra da Cal. Tras la Guerra Civil se marchó al exilio a los Estados Unidos y allí fue profesora de la Universidad de Columbia. En 1948 nació su hijo Enrique Ucelay-da Cal, profesor universitario e historiador.

Consiguió escapar de España junto con su hermana Luz desde Perpiñán a casa de su tía Asunción Maortua, en San Juan de Luz, quien echó a Margarita por sus ideas políticas. Se pudo embarcar en el barco británico Queen Mary pero su pasaporte dejo de tener validez y fue internada, como indocumentada, en Ellis Island. Consiguió llegar a Estados Unido y establecerse en Nueva York.

En el otoño de 1939, empezó a enseñar castellano en Vassar College, al norte de la ciudad de Nueva York. En el curso de 1942 a 1943, a dar clases de español como lecturer en el Hunter College, en Nueva York.

Su tesis, publicada por el Colegio de México como Estudio de un género costumbrista fue considerada modélica.

Margarita participó en el primer teatro en castellano en la ciudad de Nueva York. En 1953, la primera obra de teatro fue La casa de Bernalda Alba. En 1965, sufrió el divorcio de su marido y se centró en su trabajo. En 1968, fue nombrada catedrática de Literatura Hispánica. Fue directora del Departamento de 1961 a 1965 y nuevamente de 1967 a 1981.

Tras su jubilación, fue emérita y Special Lecturer of Spanish durante 1981-1982 y, en ese último año, se la honró con la Emily Gregory Award for Excellence in Teaching. Publicó en diferentes revistas como Hispanic Review. A finales de 1982, se retiró a Madrid.

Su presencia fue requerida en encuentros de estudiosos de la obra lorquiana y tuvo una estrecha relación con las fundaciones dedicadas al poeta en Madrid y Granada. Publicó durante años en el Boletín de la Fundación García Lorca, hasta que su avanzada edad le imposibilitó continuar con su actividad.