Fray Marcelo de Lebrija, comendador, vecino de Alcántara.

Hijo mayor del humanista Antonio de Lebrija y de Isabel Montesinos de Solís; hermano de Alonso Montesinos, caballero de la orden de Santiago; de Sancho de Lebrija; de Fabián de Lebrija, que falleció colegial de la Universidad de Alcalá de Henares; de Sebastián de Lebrija, gemelo del anterior; de Antonio de Lebrija y de Isabel de Lebrija, casada con Juan Romero.

Se traslada a temprana edad junto con su padre a La Puebla, una dehesa de Brozas, para servir a Juan Zúñiga y Pimentel, último Maestre de la Orden de Alcántara, quien le nombra comendador de La Puebla, cediéndole el cargo a Juan Méndez, Comendador de Badija por ser Marcelo menor de edad.

Fray Marcelo de Lebrija, figura como comendador por primera vez en el Capítulo General que la Orden de Alcántara celebra entre finales de 1497 y principios de 1498, en Alcalá de Henares.

Fue educado desde niño para convertirse en un monje-soldado, pero su juventud transcurrió bajo la protección de su padre y de Juan Zúñiga, que a su traslado a Villanueva de la Serena, llevó a Fray Marcelo con él como parte de su séquito personal. El favor de Zúñiga habría librado a Fray Marcelo de acudir a cualquier llamamiento de guerra y estrecharía sus relaciones con la Corte. Acompañó a Carlos V en su primer viaje a España, tras el cual pidió en 1518 licencia para retirarse a su encomienda en Brozas y dejar la vida en la Corte.

Es en este retiro donde escribe su única obra literaria, de la que no se conoce fecha ni lugar de impresión, Las Triacas, dirigida a los Duques de Alba y compuesta en tres partes independientes: Triaca del Alma, dedicada a Leonor de Toledo, condesa de Alba de Liste, donde realiza una exaltación de la razón y las virtudes ; Triaca de Amor, dedicada a Hernando de Toledo, comendador mayor de Alcántara, una diatriba contra el amor, y Triaca de Tristes, a Beatriz Pimentel, viuda de García de Toledo, una consolatoria frente a la tristeza y la muerte.

Hacia 1507-1508 nació en Brozas su hijo ilegítimo Antonio de Lebrija, fruto de su relación con María de Torres, natural de Villanueva de la Serena, y que pasó a Indias en el año 1527. Muere en 1540, tres años antes de la muerte de su padre, quien hereda de él todas sus propiedades. A la muerte de fray Marcelo, la familia Nebrija encabezada por Sancho que se proclama testamentario de su sobrino, entra en pleitos con la Orden de Alcántara por las propiedades que éste heredó de su hijo.

Su muerte sacaría a la luz una hija ilegítima, Catalina de Lebrija que junto a su esposo Juan Domínguez, ambos criados del comendador, reclaman a la muerte de éste la dote que le prometiera al matrimonio. Catalina ya había sido casada por fray Marcelo hasta en dos ocasiones, en 1533 con Antonio Durán y en 1534 con Antonio Julián, también criados en la casa del comendador, que fallecieron prematuramente.