El rey de Aragón, Pedro II, favoreció la creación de una comunidad cisterciense durante su reinado. Entrega el Condado de la Rosa y los diezmos y heredades de zonas cercanas para que se fundara el Monasterio de Santa María de Iguacel.

Se instalan en la casa un grupo de monjas llegadas desde Francia aunque pronto tendrán que marcharse ya que el lugar en el que estaba ubicado el monasterio generaba aislamiento e indefension para la comunidad.

Ya en 1212 se establecen en Cambrón, una zona más segura que además les pertenecía. En ese momento Hernando de Aragón, quien sería con el tiempo Arzobispo de Zaragoza, se convierte en protector de la congregación.

En el siglo XV, entre 1454 y 1473, se instalan en el Monasterio de Santa María de Foris. En los archivos de Cambrón no constan los motivos pero en cualquier caso regresan a su residencia pasados estos años.

En el siglo XVI, con motivo de los acuerdos del Concilio de Trento, se decide trasladar de nuevo a la comunidad ya que las religiosas no pueden vivir solas en lugares solitarios por los peligros que esto podía implicar. Es en ese momento cuando planean instalarse en la ciudad de Zaragoza.

Su antiguo protector, el Arzobispo Hernando, les busca una residencia junto a la Parroquia de Santa Lucía. El cambio de residencia se hará efectivo en 1588.

A partir de entonces se verían obligadas a dejar su casa en varias ocasiones. En 1808 a causa de la invasión de las tropas francesas durante la Guerra de Independencia. Se instalan con la comunidad del Monasterio de Trasobares. Logan regresar y rehabilitar el edificio que había quedado en muy mal estado.

Con la aplicación de los decretos de excalustración de Mendizabal de 1835 se ven obligadas a marcharse del convento nuevamente. Salen en 1837 y se establecen en el Monasterio de Santa Catalina. Aqui permanecen tres años para ser de nuevo trasladadas al Convento de Jerusalen. En 1850 logran regresar a Santa Lucía pero después de tantos años abandonado el estado del convento es lamentable.

Finalmente, en 1965 comienzan a construir un nuevo convento en la ciudad de Zaragoza. Se establecen en 1967 y allí residen aún en la actualidad.