El monasterio se funda en el año 1558 por los hermanos Álvaro, García, María e Isabel Ozores Sotomayor. El mismo año se inician las obras con la condición de que se someta a la regla de San Benito y sea femenino para procurar casa a las mujeres de familias nobles de la zona que quieran entrar en la observancia.

Las obras finalizan en 1561 quedando así fundado el Monasterio bajo la advocación de la Transfiguración del Señor.

Otorgan prerrogativas al monasterio, especialmente las que permiten a mujeres, tanto niñas como ancianas, a residir en la casa sin obligación de observar la regla incluso sin los permisos de la abadesa correspondiente. Quieren facilitar la educación de las más jóvenes y el retiro de las más mayores.

De esta manera se crea un lugar especial en el que destaca la obediencia a la orden ademas de servir de especial refugio para las mujeres de posición de la zona.

Pasados los años iniciales las monjas comienzan a tener problemas económicos ya que de los cuatro hermanos fundadores sólo uno, Álvaro Ozores Sotomayor, sacerdote que se había retirado en su casa de A Guarda en 1567, mantuvo la promesa de soportar los gastos del monasterio.

La comunidad benedictina pasó por otros momentos difíciles. En 1589 tuvieron que abandonar el monasterio ante la amenaza de invasión del pirata Drake que se movía por las costas gallegas. Ya en 1808 la invasión de las tropas francesas durante la Guerra de Independencia obligó a las monjas a vestirse de seglares y refugiarse en casas particulares del pueblo. En este caso tanto el monasterio como la iglesia sufrieron daños además de la profanación.

Finalmente, en 1837, la comunidad sufrió los efectos de la aplicación de los decretos de exclaustración de Mendizabal. Partes de la finca salieron a subasta pública en 1839 y 1840. No hubo licitadores en dos ocasiones y al quien finalmente se hizo con la finca los propios vecinos le impidieron cerrar el solar para construir una residencia privada.

El ya convento, continuó siendo ocupado por las monjas benedictinas hasta 1878 cuando el alcalde de A Guarda exigió el edificio para usos civiles obligando a las religiosas a instalarse en un convento de dominicas en Baiona, dentro de la misma provincia de Pontevedra.

Las funciones que asumió el edificio fueron las de hospitalillo, sobre todo durante una epidemia de peste que afectó al pueblo, y poco tiempo después la de escuela infantil. Para organizar la escuela llegaron a demolerse algunas zonas del convento como la mayor parte de las celdas y se acondicionó el espacio para albergar la residencia de los maestros y sus familias.

En 1881 el obispo de Tuy, Juan María Valero, negoció la devolución del convento a sus antiguas propietarias. A cambio de ceder un terreno en el que instalar la escuela, el ayuntamiento se comprometió a devolver el edificio a las religiosas. Volvieron el 19 de diciembre de ese mismo año.

Las monjas residirían en el convento hasta marzo de 1984. En ese momento la orden decidió vender el edificio e insalar a las religiosas que lo ocupaban en uno nuevo en la parroquia de Trasmañó.

Ya en 1990 se inaugura un hotel, que aún existe, en las antiguas dependencias del antiguo monasterio de benedicitinas de A Guarda.

La iglesia del conjunto si fue adquirida por la parroquia de Santa María de A Guarda y sigue estando abierta al culto.