La presencia de los jesuitas en la ciudad de Lorca se constata ya en el S.XVI, pero no será hasta el S.XVII, cuando se instalen definitivamente, con la fundación de una casa-colegio. En 1698 ya contaban con el respaldo de las autoridades de Lorca para su establecimiento pues, se les otorga Licencia de fundación para un Colegio. Pero no hacen uso de ella hasta 1713, cuando se establecen en el espacio que, entonces ocupara la ermita de San Agustín. Esta ermita fue creada en 1674, con motivo del cese del terremoto vivido en Lorca en este año el día de San Agustín. El concejo cede el espacio a la Compañía, pero con el tiempo este se queda pequeño, para las labores y feligreses con los que cuenta la Orden. Comienzan obras de ampliación de la misma, construyendo la que sería la iglesia jesuita, la antigua iglesia de San Mateo. De esta iglesia primigenia, no queda resto alguno, se situaría en el espacio que ahora ocupa el mercado de abastos. Con el tiempo este templo se abandona y derrumba en 1799 para construir uno más amplio en su actual emplazamiento, su construcción se alargaría en el tiempo pues, se ve paralizada por la expulsión de los jesuitas y años después por la fasta de recursos. La iglesia estaba conectada con el Colegio y la residencia. El colegio se dedicaría a la alfabetización y latinidad de forma gratuita y para ello contó desde su apertura con dos cátedras de cien ducados cada una, para un maestro de primeras letras y otro de Gramática. No se han encontrado más datos sobre el desarrollo del Colegio hasta su momento de cese, con motivo de la Pragmática sanción promulgada por Carlos III (1759-1788).