Los Jesuitas se establecen en Manresa, Barcelona, desde el año 1600 aproximadamente, en el que fuera hospital de Santa Lucía. Este era propiedad del Ayuntamiento, y por petición del cabildo al P. General de la Orden, instalan una residencia jesuita en el mismo. Este hospital guardaba estrecha relación con la Orden pues, años atrás el fundador de la la Compañía Ignacio de Loyola, a su paso por Manresa había llevado a cabo labores pastorales en el mismo y había protagonizado vivencias místicas en la llamada Cueva de Manresa. Cueva situada en la margen izquierda del río Cardoner y bajo la que luego será la Iglesia de San Ignacio, junto al Colegio. La Cueva era propiedad de la Marquesa de Aitona. Cueva de formación natural que, había sido utilizada para su retiro espiritual por el Santo. La Marquesa la dona en 1603 a los jesuitas. Este primer establecimiento era una residencia con pocos religiosos y sin carácter de perpetuidad. Será entre los años 1619-1622 cuando gracias a D. Lupercio de Arbizo, se funda el Colegio de san Ignacio en esta pequeña residencia. La iglesia del hospital pasa a ser capilla del colegio y tiempo después, en 1750, se comenzará a construir la nueva iglesia. El colegio fue ampliándose con la compra de las casas colindantes. Al principio sólo admitió alumnos externos. El colegio se mantendría y desarrollaría su actividad con las fincas que tenía en posesión y una pensión donada por el Municipio. En 1767 como el resto de colegios jesuitas, en territorio español, sufre la expulsión y no volvería a ser ocupado por la Orden hasta el 18 de junio de 1816. Sufriría dos nuevas expulsiones en 1820 y en 1835, con motivo de los cambios político vividos durante el S.XIX en España. Se constata que en uno de sus regresos, la Compañía trasladó sus clases al edificio Areny, frente al colegio original, donde impartirían Latín, Gramática, Primeras Letras y Retórica. Fue escuela de enseñanza secundaria de los jesuitas hasta el 1892, año en que abandonaron la ciudad y se establecieron en Barcelona a causa de sus diferencias con el consistorio municipal.

Tras el abandono fue utilizado como Escuela Pública, después tuvo usos diversos y en la actualidad, se establecieron en él, el Museo Comarcal de Manresa, el Archivo Histórico, y más tarde, la Oficina de Turismo de Manresa.