Nacido en Castrogonzalo, Sixto Fernández Muñoz, fue veterinario de Tábara, Fermoselle y Montamarta, fundador y vocal del Colegio Oficial de Veterinarios de Zamora. El Boletín Oficial de la Provincia de Zamora del 22 de diciembre de 1916 publicaba en la página 3 su designación por la Sala de Gobierno de la Audiencia Territorial de Valladolid en la lista de adjuntos y suplentes del juzgado municipal de Fermoselle. En la Memoria Sanitaria de la provincia de Zamora del Inspector de Sanidad Medardo Rivera Caño podemos verle fotografiado con los otros nueve colegas que participaron en un cursillo de ampliación de conocimientos para veterinarios, organizado por el Instituto de Higiene de Zamora en 1930. En el Escalafón de Inspectores Municipales Veterinarios de 1935, publicado en el número doble (956-957) de La Semana Veterinaria, correspondiente al domingo 21 al 28 de abril de 1935 aparece como Inspector Municipal Veterinario de Montamarta, localidad próxima a Zamora, con una antigüedad de 20 años, 1 mes y 6 días.

Casado con Rosalina Doncel, tenía su domicilio en la calle de San Andrés número 33, entre la iglesia dedicada al Santo y la Plaza del Mercado de Zamora. El matrimonio tenía cuatro hijos, los dos mayores, Manuel y Sixto, nacidos en Tábara y los dos menores, Otilia Rosalina e Ignacio, en Fermoselle.

Con la llegada de la Segunda República, Manuel, estudiante en Salamanca, se hizo militante del Partido Republicano Radical Socialista y tras su disolución de Izquierda Republicana, trabajando en el Gobierno Civil de Salamanca como colaborador del gobernador civil con el respaldo de Ángel Galarza. Sixto era militante del Partido Comunista de España y de la Unión General de Trabajadores. De Otilia Rosalina desconocemos casi todo en esta etapa. El benjamín, Ignacio, era impresor. Tras el golpe de Estado, Manuel fue detenido en Salamanca, trasladado a la Prisión Provincial Zamora y víctima de una saca en los primeros días de septiembre. Su hermano Sixto permaneció escondido y después protagonizo una conocida huida a Portugal tras el asesinato del comunista Antonio Pertejo Seseña y del destacado militante socialista Manuel Antón Martín el 7 de agosto de 1936.

A raíz del asesinato de Manuel, de la huida de Zamora a Portugal de su hijo Sixto, de la detención en Madrid por la denominada Brigada del Amanecer de los dos hermanos Calamita Ruy-Wamba que residían en la capital y de la posterior detención y ejecución de su hermano Luis Calamita, el director del diario El Heraldo de Zamora, huido de Zamora y escondido en Madrid, en la que participó Sixto, su padre, el veterinario de Montamarta, sería detenido y fusilado, dejando a su viuda a cargo de los hijos más pequeños. Ignacio sería movilizado y también detenido, condenado a pena de muerte conmutada el 16 de agosto de 1943 por la de destierro.

La familia de Sixto Fernández Muñoz y Rosalina Doncel sería una de las familias zamoranas que sufrieron en extremo las humillaciones y la dura represión franquista desencadenada en Zamora tras el golpe de Estado de julio de 1936.