En el ordenamiento jurídico español determinadas sentencias judiciales pueden ser recurridas en casación ante el Tribunal Supremo.

Según el Diccionario panhispánico del español jurídico el recurso de casación es un "medio impugnativo extraordinario y únicamente articulable por una serie de motivos tasados, que tiene por objeto anular una sentencia judicial que contiene una incorrecta interpretación o aplicación de la ley -error in iudicando-, o que ha sido dictada en un procedimiento en el que no se han observado los presupuestos rituales -error in procedendo-".

Existen tres tipos de recurso de casación, el civil, el penal y el contencioso-administrativo, que se interponen respectivamente ante las salas Primera (de lo Civil), Segunda (de lo Penal) y Tercera (de lo Contencioso-Administrativo) del Tribunal Supremo.

En el ámbito penal el recurso de casación está regulado en la Ley de Enjuiciamiento Criminal, Libro V, Título II, artículos 847 a 953.

En el artículo 861 bis, apartado a, de la LECrim se establece que al presentarse un recurso de casación el tribunal sentenciador deberá remitir la causa al Tribunal Supremo y formar un testimonio de resguardo de la resolución recurrida, que conservará con las piezas separadas de la causa. En caso de que el recurso sea rechazado el tribunal que dictó la sentencia podrá ordenar su ejecución.