Los Oficios o Contadurías de Hipotecas se crearon por Real Pragmática de 31 de enero de 1768. Son el precedente inmediato de los actuales Registros de la Propiedad y con ellos se inició la publicidad registral de los bienes inmuebles. La citada Pragmática estableció el Oficio de Hipotecas en todas las cabezas de partido a cargo de los escribanos de Ayuntamiento. Debían llevarse registros separados para cada pueblo del partido tomándose razón de las escrituras públicas que reflejaran traslaciones de dominio de bienes gravados con alguna carga o hipoteca. Posteriormente en 1829 se estableció un impuesto llamado "derecho de hipotecas" sobre las cuentas, cambios, donaciones y contratos en que tuviera lugar una transmisión de dominio de bienes inmuebles El Real Decreto de 15 de junio de 1845 reformó el derecho de hipotecas, gravando desde entonces toda transmisión de bienes inmuebles. Las Contadurías de Hipotecas se suprimieron por la Ley Hipotecaria de 8 de febrero de 1861 que crea los Registros de la Propiedad.