Institución
Cabildo de la Catedral de Oviedo (Asturias, España)Otras formas
desde desconocida hasta existente actualmente
Santa Iglesia Basílica Catedral Metropolitana de San Salvador de Oviedo, conocida también como Sancta Ovetensis.
En torno al año 812 Alfonso II de Asturias (ca. 760-842) fundó la diócesis de Oviedo y erigió la Iglesia de San Salvador, próxima a los muros del monasterio de San Vicente, dejando el culto de esta nueva iglesia a cargo de la comunidad prebenedectina de dicho monasterio.
La primera mención de San Vicente como monasterio constituido, pero dependiente de San Salvador, aparecerá alrededor del año 969, acentuándose la separación entre las dos comunidades en los primeros años del siglo XI. Hacia 1042 encontramos la primera mención al seguimiento de la regla de san Benito por parte de lo monjes de San Vicente, aunque seguían dependiendo de San Salvador, al menos de modo teórico. Habrá que esperar al episcopado de Froilán (1035-1073) para encontrar constituido oficialmente el cabildo de la catedral ovetense. La diferente orientación de la vida de ambas comunidades, una canónica y otra monástica, está ahora plenamente marcada.
En 1106, durante el gobierno del obispo Pelayo (muerto en 1153), tiene lugar la creación de una mesa capitular separada de la episcopal, gracias a un privilegio del monarca Alfonso VI de León. Poco tiempo después se procedió a la división de la mesa capitular en prebendas, parcelas del patrimonio sujetas al control de un canónigo a quien son asignadas en concepto de beneficio.
Desde el siglo XII la tendencia a la secularización de los cabildos catedralicios traerá consigo la transformación de las canonjías en realidades fundamentalmente beneficiales y económicas, con el lógico deterioro del ministerio litúrgico y pastoral. Configurada esta nueva realidad, nace la necesidad de llevar a cabo una profunda reestructuración de la institución capitular. De esta fase puede destacarse la introducción de nuevos factores de jerarquización en cuerpos: dignidades, canónigos y racioneros. Entre todos, sobresale la figura del arcediano, que se justifica por la orientación administrativa del territorio diocesano que toman los cabildos.
A partir aproximadamente de los años treinta del siglo XIII, los obispos siguen siendo la máxima autoridad en el capítulo de los canónigos y rigen la vida capitular por medio de la promulgación de estatutos y constituciones que marcan las líneas maestras de funcionamiento de la corporación. A ellos compete ampliar o reducir el número de beneficios, asignar prebendas o señalar las competencias de cada cargo, pero la supremacía episcopal tiende a disminuir a favor del poder del Cabildo.
El control que las élites sociales ejercieron sobre el cabildo ovetense en el período medieval se acentuó en la época moderna, especialmente a partir de mediados del siglo XVI, tras el establecimiento de las pruebas de limpieza de sangre, que ayudaron a mantener las aspiraciones de la oligarquía asturiana. El número de prebendas que integran el cabildo aumentaría con el tiempo. Desde el siglo XIV hasta 1586, año de la modificación introducida por el obispo Diego Aponte de Quiñones, el cabildo contaba con 61 prebendas (11 dignidades y 50 canonjías); en 1615 llegarán a 65, al aumentar las dignidades hasta 15, y tras la reducción de 1622 y hasta finales del XVIII, 56 prebendas.