Institución
Monasterio de San Pedro de Lobanes (O Carballiño, Ourense, España)Formas paralelas (otros idiomas) Otras formas
desde XII hasta 1499
Del antiguo monasterio únicamente quedan en pie las ruinas de piedra. Ubicadas en el pueblo de Mosteiro, dependiente y cercano a O Carballiño, representan al monasterio de benedictinas de San Pedro de Lobás.
El origen de la casa es del siglo XII y desarrolló su actividad hasta el siglo XV.
Como era costumbre en la zona, se trataba de un convento de origen familiar, gestionado por mujeres de las familias fundadoras o afines a estas.
Sus posesiones dependían de herencias recibidas o del patrimonio de las religiosas que lo habitaran, siendo todas ellas de la misma escala social.
Vivían de las rentas que les proporconaban sus cotos o terrenos y tenían una vida relativamente relajada dentro del monasterio.
En 1497, se inicia un pleito contra Isabel de Sanabria, abadesa del monasterio (en Galicia se inicia en este momento una reforma de la orden benedictina, propiciada por los Reyes Católicos que pretendía controlar la vida en las casas religiosas. Se pretendía retirar de la gestión de los monasterios a las abadesas que defendían unicamente sus intereses personales sin tener en cuenta la norma de la orden). En torno a este respecto, fue convocada en varias ocasiones por el reformador de la orden en la región, Benito de Valladolid, para pedirle cuentas sobre su gestión. Isabel de Sanabria no se presentó a ninguna de las citaciones ya que temía que la ingresaran forzosamente en un nuevo convento o que se la juzgara por diferentes acusaciones sobre la vida disoluta que llevaba.
Durante dos años se mantiene el litigio que acabaría en 1499 con la sentencia por la que se le retiraba a esta abadesa cualquier poder sobre la casa a la vez que se obligaba al resto de religiosas que allí vivían a instalarse en un nuevo monasterio, San Pelayo de Antealtares en Santiago de Compostela.
A pesar de que las monjas trataron de escapar de la nueva clausura para volver al antigo monasterio y de que llegaron, incluso, a obtener un permiso papal que les permitía volver a sus casas originales, esta premisa estaba condicionada de manera que sólo se les permitió seguir en el monasterio mientras viviera la abadesa que hubiera sido asignada antes del traslado a San Pelayo.
El regreso fue por poco tiempo y una vez cumplido el requisito papal, el monasterio, al igual que algunos otros de la zona, quedó cerrado.
Las posesiones pasaron a ser gestionadas por San Pelayo de Antealtares y el edificio del monasterio quedó abandonado.
PARES: CÓDIGO ES.28079.AHN/3.1.3.3.17//