El convento de Nuestra Señora de Altabás, en la ciudad de Zaragoza, toma su nombre del arrabal zaragozano donde se construyó. Se localizaba en la margen izquierda del Ebro, junto al último arco del puente de dicho río.

Fue fundado por Dña. Juana de Reus en 1557. Y se acogió a la Orden Tercera de San Francisco.

Sufrió el sitio de la Invasión francesa, así, a principios de S.XIX, fue volada parte de su fábrica y del templo, junto con el último arco del punte sobre el Ebro. Las religiosas se ven obligadas a desalojar y fueron acogidas en el convento de Nuestra Señora de Jerusalén, de la propia ciudad.

Aquí permanecieron hasta 1852, momento en el que se finaliza la rehabilitación de su convento y la Iglesia. Entonces parte del convento era utilizado como posada pública.

Según estudios consultados, durante la segunda mitad del S.XIX la religiosas de este convento impartían clases a niñas del arrabal. Esta actividad, aunque en otra ubicación, la van a mantener hasta 1994.

Ya en el S.XX, el 15 de diciembre de 1938, deciden acogerse a la Regla de la inmaculada Concepción, cambiando de rutina y de hábito.

Por deterioro de este convento del arrabal, se trasladan al barrio de Santa Isabel ocupando un nuevo edificio, en 1966, es entonces, cuando pasan a llamarse «convento de Santa María del Pilar». Esto se debió a la distancia, 6 kilómetros, a la que se encontraban de la Seo y del centro de la ciudad.

En la actualidad, continúan con su actividad en esta ubicación y, la comunidad esta compuesta por religiosas de otras tres comunidades que han tenido que ser realojadas. Como las religiosas de Arcos de Navarra, en 2005 o las de Tortosa en Tarragona, en 2007.

A finales del siglo XIX se erigió una nueva iglesia junto al convento del arrabal, de acuerdo al proyecto elaborado por José de Yarza en 1858. De estilo neoclásico, presenta una fachada sencilla con dos cuerpos rematados por un frontón triangular y una torre a cada lado.

Desde 1966 se denominan «Santa María del Pilar».