El convento de Nuestra Señora de la Consolación fue uno de los fundados por el reformador franciscano Pedro Santoyo. La iniciativa contó con el apoyo de Pedro Manrique, Adelantado Mayor de Castilla, que solicitó al obispo de Palencia poder fundar el convento en una antigua ermita de la virgen perteneciente al cabildo de Palencia. Con el visto bueno del obispo, el papa Martín V expidió una bula en 1427 por la que autorizaba la fundación.

La construcción inicia de la iglesia y edificio conventual fue modesta, viéndose mejorada por la que emprendió el duque de Nájera, nieto de los Manrique, en el s. XVI. Así, en estos años se construyó la capilla mayor, en el medio de la cual situaron el sepulcro de Luisa de Acuña, esposa del duque de Nájera, fallecida en 1570. En el s. XVII cerró la iglesia para llevar a cabo unas obras costeadas por los marqueses de Poza y condes de Cabra, por ello en 1654 se pone el escudo de armas de esta familia en la puerta principal.

El s.XIX marcó la decadencia del convento, ya que tuvieron que fueron expulsados tres veces. La primera de ellas en 1809, bajo el reinado de José I Bonaparte, la segunda en 1820 durante el trienio liberal y la tercera y definitiva en 1835, cuando el convento cierra sus puertas definitivamente tras la exclaustración decretada por Mendizábal.