En el año 1507 existía una ermita de la Virgen de la Paz en Daimiel. Unos años después, en 1583, la orden de los carmelitas descalzos fundan un monasterio bajo la advocción de San José.

Ya en 1599 llegan a Daimiel un grupo de monjas carmelitas descalzas por la promesa del hidalgo Gonzalo de Oviedo y Vasallán de hacer donación de un nuevo monasterio para ellas. Incluía la promesa la casa, celdas, huerta y hacienda. Incluso el General de la orden habia aceptado la fundación a fecha 7 de enero de 1599, pero al llegar las monjas al pueblo descubren que el hidalgo habia fallecido y que habían surgido numerosos problemas con su herencia.

Se quedan sin el convento y pasan a ocupar unas casas como si fueran convento respetando el voto de pobreza y austeridad.

Al fin, en 1615, los monjes se trasladan a un nuevo monasterio a las afueras de la villa y les ceden a las religiosas descalzas el antiguo edificio que cambia de advocación pasando a ser la Virgen de la Paz.

Las carmelitas descalzas habitan el convento hasta el año 1981 cuando lo abandonan por el estado de deterioro en el que se encuentra. Se mantiene la Iglesía de la Paz que pertenecía al mismo conjunto arquitectónico y que ha logrado conservarse en mejor estado.

Finalmente las monjas se instalan en un nuevo monasterio a las afueras de Daimiel donde aún mantienen su actividad.