El convento dominico de Alicante fue fundado en 1586, ubicándose en un principio extramuros de la ciudad, en el barrio de San Antón. Posteriormente realizaron una mudanza a unas casas propiedad de la familia Baeza, donde se asentarían definitivamente y realizarían su principal cometido que sería la enseñanza. En el año 1640 todavía no habían sido reformadas las casas de Pascual Baeza para construir el claustro y la iglesia. En el año 1706, durante la Guerra de Sucesión, el convento fue saqueado y parte del patrimonio del convento se perdió. No obstante, en los años siguientes la economía del convento se recuperó y en 1764 se emprendieron obras de ampliación de la iglesia.

El siglo XIX trajo una serie de avatares que culminaron con el cierre definitivo del convento. Durante la Guerra de la Independencia (1808-1814) el convento fue usado como hospital de tropas. Años más tarde, durante el Trienio liberal el convento sufrió un cierre, el 8 de mayo de 1823, como resultado de la aplicación de la Ley sobre monasterios y conventos de 1820. Los frailes, que habían sido destinados a Cádiz, regresaron tras la devolución del convento después de la restitución del poder de Fernando VII, pero en 1835 el convento fue suprimido de manera definitiva a serles aplicados los decretos de exclaustración del mismo año,