Militar, maestro de armas, tirador de esgrima y escritor español. Hijo de Rodrigo Marín de Narváez y de su esposa Magdalena Pacheco de la Cámara, nació en Baeza (Jaén), entorno al año 1570 y falleció en Madrid, el 5 de diciembre de 1640. Por su condición de militar, fue enviado a Canarias como capitán y sargento mayor, ejerciendo el cargo en Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura. Durante su estancia en las islas, contrajo matrimonio con Beatriz Fernández de Córdoba, hija de Miguel Gerónimo Ferández de Córdoba, escribano de cámara y secretario de la Real Audiencia de Canarias, y de Lucía Sayago. El matrimonio debió celebrarse en el año 1592. Fruto de este matrimonio, nacieron sus cuatro hijos Francisca, Juana, Lucía y Rodrigo de Narváez. Tras su período de estancia en Canarias, Luis Pacheco de Narváez se trasladó a Madrid, ciudad a la que está vinculada fundamentalmente su vida y su obra. En 1624, fue nombrado por el rey Felipe IV, maestro mayor de las armas del reino de España en la modalidad de espada y esgrima, además de ser examinador de los aspirantes a maestros en el arte de manejar la espada. Pacheco de Narváez, estaba considerado como una de las mejores espadas de Europa, y su nombre era sinónimo de buen esgrimidor y era la así como, figura más destacada de la escuela de esgrima española denominada, Verdadera Destreza. Inspirado por Jerónimo de Carranza, escribió once tratados sobre esgrima, siendo el más conocido y popular el "Libro de las grandezas de la espada en que se declaran muchos secretos del que compuso el comendador Jerónimo de Carranza", obras por las que fue incluído en el "Catálogo de escritores que pueden servir de autoridad..." y posteriormente en el Diccionario de Autoridades. Ádemás de sus tratados de armas, también escribió obras literarias, por las que es menos conocido. Luis Pacheco de Narváez fue el autor del "Memorial denunciando al Tribunal de la Inquisición, ciertas obras políticas y satírico-morales de don Francisco de Quevedo", en el que pone de manifiesto, su enemistad con Francisco de Quevedo, quien lo ridiculizaría con sátiras y burlas en "El Buscón". Sin, embargo, a pesar de su denuncia y de los agravios continuados de Quevedo, sería Pacheco de Narváez, quien terminaría en la cárcel por una comedia en prosa, en la que vilipendió a su rival. Contrarios al juicio de Quevedo fueron, sin embargo, Lope de Vega, Juan Ruiz de Alarcón, Luis Vélez de Guevara y el propio Miguel de Cervantes, quienes no le regatearon elogios en sus obras.