El convento de la Concepción de Toledo, se ubica al Norte del casco histórico de la ciudad, limitado al norte por la muralla de la ciudad y frontero con el desaparecido Miradero, el lado oeste del recinto es medianero con el alto paredón del Hospital de la Santa Cruz y la fachada sur da a la plaza de la Concepción, con una pendiente que permite, bordeando los ábsides de la iglesia, bajar hasta el puente de Alcántara.

También fue conocido como el convento de San Pedro in Al-Hizem o de los Dueñas.

El convento perteneció originariamente a la rama masculina, franciscanos, que lo fundan, según las fuentes, en tiempos de Alfonso X el Sabio, 1280.

Posteriormente se amplía por iniciativa de la reina María de Molina y continua siendo franciscano hasta el año 1501, en que la comunidad se traslada a San Juan de los Reyes, en la misma ciudad.

Al abandonar los franciscanos el convento, la reina Isabel la Católica lo cede a las religiosas concepcionistas de San Pedro de Dueñas, convento ocupado por doña Beatriz de Silva, su dama de compañía portuguesa y fundadora de la Orden de la Concepción, que había fallecido en 1492.

Este convento de las Dueñas, era requerido por la Reina para llevar a cabo los últimos deseos del cardenal don Pedro González de Mendoza, la construcción del Hospital de Santa Cruz, que finalmente tendría otra ubicación.

Tras distintos avatares, las concepcionistas acaban instalándose en el convento que nos ocupa, tras la marcha de los frailes.

Con la llegada de las Concepcionistas, en 1501 posiblemente, el convento se transformó enormemente. Se reformó la iglesia, se construyó el claustro alto y el lugar tomó tintes renacentistas que se unieron a los góticos. Después se acomete la Iglesia actual, y se conforma básicamente la estructura del conjunto hasta la zona del patio llamado de los Aljibes. El edificio ha tenido con posterioridad, diferentes rehabilitaciones.

El 23 de abril de 1884, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando solicitó al Ministerio de Fomento la declaración de Monumento Nacional a la capilla de San Jerónimo, que se encuentra en el convento, por considerarse la técnica y decoración aplicada en su bóveda, tipo alboaire, única en nuestro patrimonio.