El convento de Santa Cruz de Segovia fue el primer convento masculino de dominicos fundado en España. El propio Santo Domingo de Guzmán fue a Segovia a predicar en 1218, apenas dos años después de la fundación de la orden, y allí fundo el convento de la Santa Cruz a partir de unas casas extramuros donadas por el concejo de Segovia, cerca de la conocida como Cueva del Santo, lugar donde Santo Domingo se retiraba para realizar ejercicios espirituales. En agradecimiento a Segovia por esta fundación, el papa Honorio III otorgó una bula el 23 de marzo de 1220. Pronto contó esta casa con la protección de la poderosa familia Contreras, que se ejerció el patronato a cambio de ser enterrados en la capilla mayor, asimismo, los monarcas otorgaron distintos privilegios, tal es el caso de Sancho IV, que el 22 de febrero de 1290 confirmó un privilegio de Alfonso X que otorgaba 100 maravedíes anuales sobre el servicio que la ciudad de Segovia daba al rey, además ese mismo año otorga la exención del pago del portazgo. Estos privilegios serían confirmados en 1301 por Fernando IV y en 1327 por Alfonso XI.

Los siglos XIV y XV supusieron tiempos de precariedad económica para la comunidad dominica de Segovia, esto se ve reflejado en el hecho de que Alfonso XI donara 100 maravedíes para paliar esta situación, y también en la decisión que toma el capítulo general de Burgos en 1442, que exige a los caballeros, escuderos y labradores que ingresen en la orden una dote de 366 dineros y una libra de cera. También en 1475 el papa Sixto IV permitió heredar propiedades a los frailes, lo que terminada por romper el voto de pobreza original. No obstante el auge económico del convento no tardaría en llegar, y éste vino de la mano de los Reyes Católicos y la creación de la Inquisición, unida desde el inicio a la orden de los dominicos. En 1486 se instituía en Segovia un tribunal de la Inquisición y en 1489 los dominicos de la Santa Cruz reciben, por parte de los monarcas, los bienes confiscados a Garci González Gualdrafas, mercader acusado de judaizante y condenado a la hoguera. El cambio del rumbo económico se vio plasmado en la construcción a finales del XV, de un nuevo convento y una nueva iglesia, para cuya obra se contó con Juan Guas que permaneció en Segovia entre 1474 y 1491.

Los siglos XVI a XVIII marcaron el periodo de máximo esplendor económico del convento. El desarrolló arquitectónico continuó durante estos siglos, además, en 1599 se instituyen unos Estudios Generales en el convento a partir de la autorización del papa Clemente VIII, que autoriza al convento a dispensar grados de maestro y doctor. Todo esto otorgará gran prestigio al convento que contará con donaciones de nobles, personas acaudaladas y monarcas, como los Reyes Católicos o Felipe II, que donaban anualmente 30.000 maravedíes. En el siglo XIX los tiempos cambiaron y marcaron el fin de la vida del convento, siendo el primer golpe la Guerra de la Independencia, durante la cual el convento sirvió como prisión y cuartel de tropas francesas, produciéndose un incendio que causó graves destrozos en 1809. En 1835 fueron promulgados varios decretos de exclaustración que suprimían el convento definitivamente. El 23 de mayo de 1845 la Diputación Provincial de Segovia convertía el edifico en un hospicio.