Institución
Embajada de España en Génova (Italia)Otras formas
desde 1529 hasta 1823
La importancia de la ciudad de Génova para el Mediterráneo (ubicación estratégica, abundantes reservas financieras, y disposición para emplearlas en los mercados de cambio y su capacidad para construir y armar galeras) junto a las continuas contiendas con Francia provocaron que Génova se constituyera en uno de los núcleos fundamentales de la red diplomática de la monarquía hispánica, y provocaron el envío de delegados y el nacimiento de la embajada en Génova. El primer embajador fue Gómez Suárez de Figueroa en 1529, aunque el primer delegado que se documenta fue enviado en 1483 (Francisco Vidal de Noya). En 1570, a través de un memorial que se puede atribuir a Francisco Ugarte (embajador español en Génova) se documenta el funcionamiento de la embajada española en Génova, en el que la figura del embajador queda distante de la del típico representante del rey en un negocio extranjero ya que se le informaba de cualquier cuestión importante "como si fuese un ciudadano" y se estipulan las obligaciones del embajador, sus cualidades, y su obligaciones.
Existe representación diplomática hasta 1823 (Antonio de Beramendi).
PARES: Código Referencia:ES.08019.ACA/3.35//
Ochoa Brun, Miguel Ángel: Historia de la Diplomacia Española. Ministerio de Asuntos Exteriores. Madrid, 2002.
Pancini, Arturo: Grandes estrategias y pequeñas intrigas: Génova y la monarquía católica de Carlos V y Felipe II, en Hispania, LXV/1, nº 219 (2005)