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She was the daughter of a military veterinarian that participated in the conflict of Morocco for several years. She was born in Ceuta in 1917 and raised in a paternal coming from Toledo that counted on distinguished professionals in the Spanish veterinary science of the time. Her parents were Manuel Medina García and his wife, María Navascués González. This last-mentioned woman was born in Manila and was the daughter of Felipe Navascués Garayoa, an official at the Spanish infantry posted in Philippines and Ceuta, and Marina González de Arlegui. Her paternal grandfather, Victoriano Medina Ruiz, was a military veterinarian as well as her father, and was the founder of the Official College of Veterinarians of Toledo. Her uncle Santiago Medina Rossi also leaded this professional corporation between 1930 and 1939. Her family moved to Madrid, where her sisters, Esperanza and Teresa, were born. The ten-year old girl's mother and daughters donated money to the campaign for the creation of a College for the Veterinarian's orphans in October 1927. It was a project supported by her father and organized by the "Semana Veterinaria", a magazine managed by Félix Gordón Ordax. When she finished high school, she attended the first course of the Superior School of Veterinary Science of Madrid between 1935 and 1936. Women did not get the 1% of the students matriculated before the Civil War. With the military uprising on July 1936, África, her sister Ángela and the rest of her classmates had to interrupt their studies. Sheltered in the Republican zone after Barcelona and Girona's fall, she went into exile in France with her mother and her 4 sisters, walking through Collado de los Belitres and crossing the railway's tunnel that connected Spain and France. They were first admitted by a French family in Port Sainte Marie, in the South of France. Her father, a colonel of cavalry in the republican army, also moved to France when the Civil War ended. The whole family was concentrated in a refugees' camp in Bordeaux. Shortly after, they boarded the French steamboat "Mexique" in Bordeaux together with other 2060 refugees thanks to the Mexican Government. This ship was chartered by the Spanish Republicans Evacuation Service under the Colonel Antonio Haro Oliva's protection, the ship's Mexican authority, commissioned by the General Lázaro Cárdenas, president of the Republic of Mexico. It arrived in Veracruz's port on the 27th of July 1939 early morning. The family stayed in Veracruz some weeks before moving to the City of Mexico. They established in Colonia Roma. Teresa, the younger sister, wrote "Memorias del exilio: La vida cotidiana de los primeros refugiados españoles en México", which was published in 2007. The chapter called "La hacienda de Santa Bárbara" explained the reasons of the professional friendship's breakup between her father and Félix Gordón Ordas. She wrote about the estrangement between both families, which was due to the cold reception and the refusal to help of Gordón Ordás and his wife, who were settled down in the Mexican capital since May 1936, when her family arrived in Mexico. Gordón started to work as an ambassador of Spain in Mexico that same year. When the republican colonel and bacteriologist Manuel Medina García obtained the Mexican nationality, he founded the Anier laboratories at the 183 Colima Street, in front of the small palace that occupied the Galician Centre in Mexico, in Colonia Roma; they were laboratories specialized in the preparation of vaccines, bacterins and serums for the control and prevention of infectious animal diseases. Ángela and her sister África, the older daughters, worked as teachers in a primary school in Santa María Tulpetlac, a little indigenous town located at the northern part of the Valley of Mexico shortly after their arrival in the capital. However, as soon as the familiar situation returned to normal, both continued their careers in veterinary science that have been interrupted in Madrid. They started in the old Veterinary Medicine and Zootechnics School in San Jacinto, at the Autonomous National University of Mexico, located in Tacuba. In 1947, Dr. Ángeles Medina Navascués graduated with a thesis called "Variations to Khjendahl's method", and was the first woman that obtained in Mexico the title of husbandry and veterinary doctor. Dr. Angelita worked during her whole life as a teacher of "Cytology, Histology, Embryology and Internship", foremother of the Department of Histology of the UNAM. Due to the biographical sketch on "Teacher Angelita", published by the Mexican Miguel Ángel Márquez, professor at the Faculty of Medicine, Veterinary Science and Zootechinics of the Autonomous National University of Mexico, we know that she married the Mexican veterinarian José Luis Ayala, with whom she had not children. They later got divorced. It is also known that when she retired, she taught and read ad honorem for so many years to blind persons and patients at the Blind Persons' Hospital of Coyoacán. In September 2009, she lived with 93 years at the residence Polanco's Spanish Benefit Association in the City of Mexico.
Hija de un veterinario militar que participó durante algunos años en el conflicto de Marruecos, María de los Ángeles Medina Navascués nació en Ceuta en el año 1917 en el seno de una familia paterna originaria de Toledo que cuenta con destacados profesionales de la veterinaria española contemporánea. Sus padres fueron Manuel Medina García y su esposa, María Navascués González, nacida en Manila, hija de Felipe Navascués Garayoa, oficial de la Infantería española que estuvo destinado en Filipinas y en Ceuta, y de Marina González de Arlegui. Su abuelo paterno, Victoriano Medina Ruiz, como su padre veterinario militar, fue el fundador del Colegio Oficial de Veterinarios de Toledo. Su tío Santiago Medina Rossi presidió también la corporación profesional toledana entre los años 1930 y 1939. Trasladada la familia a Madrid, en la capital de España nacerán sus hermanas Esperanza y Teresa. En octubre de 1927, con 10 años, María de los Ángeles aparece con su madre y sus hermanas como donante de dinero en una campaña para la creación del Colegio de Huérfanos para hijos de veterinarios, proyecto que su padre apoya y que fue organizado por "La Semana Veterinaria", la revista que dirigía Félix Gordón Ordax. Por eso no extrañar que, una vez finalizado el bachillerato, figure como matriculada en el primer curso de la Escuela Superior de Veterinaria de Madrid en el curso académico 1935-1936. En las aulas de la Escuela, las mujeres no llegaban al uno y medio por ciento del total de los alumnos matriculados en los años anteriores a la Guerra Civil. Con la sublevación militar de julio de 1936, tanto Ángela como su hermana África y el resto de compañeros tendrán que interrumpir sus estudios. Refugiadas en la zona republicana, tras la caída de Barcelona y Girona, logra llegar a Francia con su madre y sus cuatro hermanas, caminando por el Collado de los Belitres y cruzando el túnel del ferrocarril que unía las fronteras de España y de Francia. En Francia primero fueron acogidas temporalmente por una familia francesa en Port Sainte Marie, en el sur de Francia. Su padre, coronel de Caballería del ejército republicano al final de la Guerra Civil, también consigue llegar al país vecino y juntos ya los siete miembros de la familia son concentrados en un campo de refugiados de guerra en Burdeos. Poco después, con la ayuda del gobierno mexicano logran embarcarse en Burdeos con otros 2060 refugiados en el vapor de bandera francesa "Mexique", fletado por el Servicio de Evacuación de Republicanos Españoles bajo la protección del coronel Antonio Haro Oliva, autoridad mexicana del barco, comisionado por el general Lázaro Cárdenas, presidente de la República de México, llegando al puerto de Veracruz en la madrugada del 27 de julio de 1939. En Veracruz Ángela y su familia permanecieron algunas semanas antes de trasladarse a la ciudad de México, donde se establecieron en la Colonia Roma. Teresa, la más pequeña de las hermanas dedica el capítulo "La hacienda de Santa Bárbara" de sus "Memorias del exilio", publicadas en 2007, a relatar con acidez los motivos de la ruptura de la vieja amistad profesional entre su padre y Félix Gordón Ordas y del distanciamiento de la familia del veterinario toledano con la del leonés, por el frío recibimiento y por la negativa a ayudarles que a su llegada a México recibieron de Gordón Ordás y de su esposa, quienes estaban asentados en la capital mexicana desde mayo de 1936, fecha desde la que Gordón desempeñaba el cargo de embajador de España en aquel país. En la Colonia Roma, el padre de África, el coronel republicano y bacteriólogo Manuel Medina García, una vez conseguida la nacionalidad mexicana, fundó los Laboratorios Anier, en el número 183 de la calle Colima 183, frente al palacete que ocupa el Centro Gallego de México; laboratorios especializados en la preparación de vacunas, bacterinas y sueros para el control y la prevención de enfermedades infecciosas animales. Poco después de establecidos en la capital mexicana, Ángela y su hermana África, las dos mayores, trabajaron como maestras de una escuela primaria en Santa María Tulpetlac, pequeña población indígena del noreste del Valle de México. Sin embargo, tan pronto como la situación familiar se estabilizó, ambas reanudaron los estudios de Veterinaria interrumpidos en Madrid, ahora en la antigua Escuela de Medicina Veterinaria y Zootecnia de San Jacinto de la Universidad Nacional Autónoma de México, ubicada en el barrio de Tacuba. En 1947, la Dra. Ángeles Medina Navascués se tituló con la tesis titulada "Variaciones al método Kjendahl", y fue la primera mujer que obtuvo en México el título de Médico Veterinario Zootecnista. La Dra. Angelita trabajó durante toda su vida laboral como profesora de la cátedra de "Citología, Histología, Embriología y Prácticas", precursora del Departamento de Histología de la UNAM. Por la semblanza biográfica de la "Maestra Angelita", publicada por el mexicano Miguel Ángel Márquez, profesor de la Facultad de Medicina, Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Nacional Autónoma de México conocemos que contrajo matrimonio con el veterinario mexicano José Luis Ayala, con el que no tuvo descendencia y del que se divorció posteriormente. Sabemos también que al jubilarse enseñó y leyó ad honorem durante muchos años a los ciegos y pacientes del Hospital de Invidentes de Coyoacán y que en septiembre del año 2009 residía con 93 años de edad en la residencia de la Sociedad de Beneficencia Española de Polanco, en la Ciudad de México.