Los Congresos de Viena (1815) y de Aquisgrán (1818) establecieron a nivel internacional la clasificación de los agentes diplomáticos permanentes en cuatro categorías: 1) Legados y nuncios del Papa y embajadores; 2) Enviados extraordinarios, ministros, plenipotenciarios e internuncios; 3) ministros residentes y 4) encargados de negocios.
A finales del siglo XIX, el Instituto de Derecho Internacional, reunido en Cambridge en 1895, votó un reglamento sobre las inmunidades diplomáticas, destacando el privilegio de la inviolabilidad extensivo a todas las clases de agentes diplomáticos.
The bilateral relations between Spain and United Kingdom were not severely disrupted in the 19th century, except for the dispute over Gibraltar, ceded to England by the Treaty of Utrecht. Throughout the 19th century, United Kingdom faced a number of events, which exerted a considerable influence on other European countries. Such events are illustrated in the documentary production of the Spanish embassy in London. Upon the downfall of Napoleon, United Kingdom embarks on the journey towards its continental hegemony, which forges the future of the English Colonial Empire of a maritime and commercial nature. The constitutional and democratic development of English political institutions will set an example to other European nations. During the Spanish Civil War (1936-1939), England provided assistance (people, loads, ships, money, etc.) to the Republican cause with the Spanish Embassy acting as a mediator. As the War was progressing, Franco's government sent their own representative to London (labelled as an unofficial delegation in the documents), embodied by Duke of Alba Jacobo-James Stuart y Falcó, who will hold the position of ambassador after the dispute up until 1942.
Las relaciones bilaterales de España y Reino Unido no se vieron nunca seriamente alteradas en el siglo XIX, salvo en los que respecta al contencioso sobre Gibraltar, cedido a Inglaterra por el Tratado de Utrecht.
En la historia decimonónica del Reino Unido se producen una serie de acontecimientos que influyen notablemente en el resto de los países europeos que pueden verse reflejadas en la producción documental de la embajada española en Londres: Tras la caída de Napoleón, el Reino Unido, inicia su hegemonía continental y empieza a forjarse el futuro Imperio Colonial inglés, caracterizado por su carácter marítimo y comercial. El desarrollo constitucional y democrático de las instituciones políticas inglesas servirá de modelo a las demás naciones europeas.
Durante la Guerra Civil Española de 1936-1939, Inglaterra prestó ayuda (personas, cargamentos, barcos, dinero, etc.) a la causa republicana, actuando la Embajada española de intermediaria.
Durante el desarrollo de la Guerra, el gobierno de Franco envió su propio representante a Londres (en la documentación aparece como delegación oficiosa), Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó, duque de Alba, quien tras la contienda continuará hasta 1942 de embajador.
La segunda representación permanente de España en el extranjero, tras la de la Santa Sede, fue la de Inglaterra con sede en Londres a partir de 1489. Los orígenes de la misma se remontan a la misión que los Reyes Católicos encargaron a Rodrigo González de la Puebla, Juan de Sepúlveda y Diego de Guevara para tratar el matrimonio de la Infanta Dª Catalina de Aragón con el príncipe de Gales, Arturo, en el año 1487. González de Puebla continuó representando a sus soberanos en Londres desde 1489 hasta 1508, recibiendo el título de "embajador residente". Con los reyes Carlos I y Felipe II se mantiene la representación diplomática en Londres hasta la ruptura de relaciones bilaterales entre los años 1584 y 1603. Con los Austrias menores se restablecen hasta que vuelven a romperse en 1700, con la instauración borbónica en España y la Guerra de Sucesión Española. Tras la firma del Tratado de Utrecht de 1713, el nuevo rey borbón, Felipe V, restablece la embajada en Londres. Con Carlos III nace la Carrera Diplomática española: los puestos de Secretarios de las embajadas de París, Viena, Londres y Roma pasan a ser desempeñados por los oficiales de la Secretaría de Estado.
The second permanent Spanish representative abroad after the Holy See was England, with headquarters in London since 1489. Its origins date back to the mission entrusted to Rodrigo González de la Puebla, Juan de Sepúlveda and Diego de Guevara by the Catholic Monarchs, which involved arranging the marriage between Princess Catherine of Aragon and the Welsh Prince Arthur in 1487. González de Puebla represented his sovereigns in London between 1498 and 1508, and was granted the title of "resident ambassador". The diplomatic representation in London remains under the reign of Charles I and Philip II, up until the rupture of bilateral relationships between the two countries in the time span between 1584 and 1603. The enthronement of the junior Habsburg branches led to the restoration of bilateral relationships, which lasted until the next rupture in 1700 triggered by the Bourbon enthronement in Spain and the War of the Spanish Succession. Upon the signing of the Treaty of Utrecht in 1713, the new Bourbon King Philip V reestablished the embassy in London. The Spanish Diplomatic Service springs up under the reign of Charles III; the positions of Secretaries in the embassy of Paris, Vienna, London and Rome are entrusted to the officials of the Secretary of the State.
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