Historia Archivística:

Conserva documentación de las instituciones predecesoras: Consulado de Mar y Consulado de la Lonja de Mar. Con la creación del Consulado de Comercio y su puesta en marcha como institución competente para resolver los litigios mercantiles, los cónsules separaron del archivo de la Real Junta de Comercio la documentación relativa a los litigios posteriores a la abolición del ordenamiento foral. La documentación judicial generada entre 1715 y 1758 se unía así a la que el nuevo Consulado de Comercio generaría a partir de entonces. Posteriormente, esta documentación sería heredada por el Tribunal de Comercio, que iría sumando la suya propia hasta su abolición en 1868. En 1875 toda esta documentación pasaría a formar parte del Archivo de la Audiencia Territorial de Barcelona (Durán Cañameras, El Palau de Justicia de Barcelona, Barcelona 1937), desde el que fue remitida al Archivo de la Corona de Aragón entre 1940 y 1972. Es por ello, pues, que la documentación conservada en este fondo no incluye la documentación generada por la Junta de Comercio, cuyo archivo, que incluía el que había heredado del Consolat de Mar, se conservó en la Lonja hasta su dispersión entre 1847 y 1906. (Sobre la historia de este otro archivo véase Cabestany Fort, J.- F.: El archivo del Consolat de Mar. Noticia de los fondos que se conservan actualmente. Aportaciones a la historia económica y social de la ciudad, Barcelona, Instituto Municipal de Historia, 1964.)

Historia Institucional / Reseña Biográfica:

La aparición de este tipo de instituciones, se generaliza por el Mediterráneo a partir del siglo XI, inicialmente en las costas italianas, y será con el crecimiento de la actividad mercantil portuaria en la segunda mitad del siglo XIII cuando se hizo conveniente la creación del Consulado de Mar de Barcelona (1266-1268), que fue seguido por los de Valencia (1282 ) y Mallorca (1326), los cuales se regirían por las costumbres marítimas de Barcelona, primer núcleo del futuro Libro del Consulado del Mar (Llibre del Consolat de Mar).

En el año 1348 Pedro III el Ceremonioso reestructuró la Universidad o Consejo de Prohombres de la Ribera de Barcelona y la rebautizó como Consulado del Mar de Barcelona. La Universidad de los Prohombres de Ribera fue una sociedad de mercaderes y constructores navales fundada en Barcelona a mediados del siglo XIII y cuya creación fue reconocida en 1258 en un privilegio de Jaume I en el que se expresaba su misión de vigilar y reparar el puerto, estipulándose la organización interna y sus funciones, así como regulaciones marítimas a las que atenerse. En el Consulado del Mar, Ejercían la jurisdicción en primera instancia dos cónsules de mar y en apelación actuaba un juez de apelaciones. Abolido el Consulado de Mar de Barcelona en 1714, coincidiendo con una degradación progresiva de su sede La Lonja que acabó siendo ocupada por las tropas borbónicas para convertirse en cuartel, el duque de Berwich designó dos cónsules para que asumiesen temporalmente el ejercicio de las competencias judiciales de la extinguida institución. El Decreto de Nueva Planta acabaría anulando el derecho de periatge (impuesto que se cobraba a toda mercancía que se cargaban y descargaban en el puerto de Barcelona) y suprimiendo el Consejo de los Veinte (organismo encargado de la gestión de la Lonja). Aún así dispuso que el Consulado continuase pero encargó a la Audiencia que preparase un proyecto de reforma. Así comenzaba una etapa de indefinición que se alargó hasta 1758, en que dos reales cédulas crearon, por una parte, el Consulado de Comercio (1762-1829), que asumiría las funciones judiciales encargándose de resolver los contenciosos entre mercaderes, y por otra, la Junta de Comercio (1758-1847), sustituyendo el antiguo Consejo de Veinte como órgano de gobierno del Cuerpo de Comerciantes de la Lonja. La cédula de creación del Consulado establecía que, en adelante, debería estar formado por tres cónsules en lugar de los dos anteriores, y por un juez de apelaciones, todos ellos comerciantes. No siendo juristas profesionales, los cónsules contarían con dos asesores letrados, y con un escribano. Se les atribuía competencia en cualquier causa civil de comercio, ya fuese marítimo o terrestre, a la vez que se inhibía la jurisdicción de la Real Audiencia en este género de causas. Unas nuevas ordenanzas de 1763 establecieron que los cargos de cónsul y de juez de apelaciones fuesen nombrados por un período de cuatro años, todos ellos nombrados por la Junta General de Comercio de Madrid. Con la publicación del nuevo Código de Comercio en 1829, desaparecía el Consulado de Comercio de Barcelona, puesto que el citado código establecía que a partir del 1 de enero de 1830 las funciones jurisdiccionales desempeñadas hasta ese momento por los Consulados, habían de pasar a los Tribunales de Comercio que se creaban en todo el país, quedando a la Junta sólo las funciones de gobierno y administración gremial. El Tribunal de Comercio de Barcelona siguió ocupándose de la vertiente litigiosa en el ámbito mercantil hasta 1868, momento en que, abolidas las jurisdicciones especiales, estas competencias pasaron a la Audiencia.

Observaciones del Ingreso:

Ingresó con el conjunto de las series históricas de la Audiencia Territorial de Barcelona, una parte en 1940 por disposición del Servicio de Recuperación Bibliográfica y Documental, y otra en 1972 por resolución de la Dirección General de Archivos y Bibliotecas, con autorización del Presidente de dicha Audiencia.

Nombre del/los productor/es:

Consulado del Mar (Barcelona, España) Real Consulado de Comercio (Barcelona, España) Tribunal de Comercio de Barcelona (España)