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 Marcelo Hortet afirmaba haber encontrado en las ubres de vacas de los valles de Ribas y de Tosas el virus vacuno antivariólico y que, inoculado en diversos niños, había experimentado que producía los mismos efectos que el descubierto por Jenner.

Presentaba Hortet informes testificales de padres de los niños vacunados, de autoridades y facultativos de diversas localidades de esos valles y remitía una porción de fluido para que se ensayara en Madrid.

Pedía que se le nombrara, en atención a sus méritos, director de la vacuna de Cataluña, y que se le señalara una pensión. Pero, verificadas las pruebas por las Academias médicas de Madrid y de Barcelona, y tras un expediente judicial sobre Hortet, se llegó a la conclusión de que sus aseveraciones eran inciertas y maliciosas.