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Juan de la Puente apela la sentencia en primera instancia porque había llegado a un acuerdo con Antonio de Soto para cobrarle sólo 273 de los 373 reales acordados por la obra, puesto que los canteros veedores de Medina de Rioseco, Antonio de Torices y Juan de Bedia, habían comprobado que el molino no había sido embetunado tras la reforma.

Se incorpora un traslado de las condiciones pactadas en el contrato de obra, así como testimonios de diversos canteros y veedores, entre los que destacan maestros de cantería cántabros como Juan de Yera, Bartolomé de Barreda o Bartolomé de Bueras, vecinos de Argoños. También se incluye la declaración de Miguel de Cantillero, cantero de Trasmiera, que informa de que Juan de la Puente trabajó en la iglesia de Santa Cruz de Medina de Rioseco y que es aparejador en la obra que él mismo mantiene en el convento de San Agustín de Valladolid.

Cabe destacar que esta causa también incluía un dibujo del molino objeto de litigio, el cual que fue extraído e incorporado a la colección de Planos y Dibujos, por motivos de conservación.