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Entre, al menos, 1950 y 1959 los requisitos para poder investigar en el ACA eran: la cumplimentación de una tarjeta de admisión, tras entregar dos fotografías de carnet y una cédula de garantía firmada por un funcionario facultativo del Cuerpo de Archivos y Bibliotecas, un profesor universitario o de enseñanza superior, un miembro de las Reales Academias, un vocal del CSIC, o una autoridad civil, militar o eclesiástica. Los extranjeros debían presentar la cédula firmada por el cónsul de la nación de procedencia.

Las cédulas de garantía contienen los siguientes datos, o alguno de ellos: fotografía de carnet, nombre y domicilio del garante, nombre, domicilio y profesión del presentado, fecha y firma de ambos. Su número coincide con el del expediente de investigador. El hecho de que algunas de ellas carezcan de datos y firma del garante y de número parece indicar que el demandante finalmente no llegó a ser usuario del archivo.

Se hallan intercaladas entre las tarjetas de admisión. Y, mezcladas con ellas, se encuentran también tarjetas de investigador no expedidas, por falta de alguno de los requisitos, o no recogidas por sus titulares.