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Tomás Fernández participa en la causa como miembro del gremio de herederos de viñas pero también se identifica como representante del cabildo eclesiástico de Medina de Rioseco y del colegio de la Compañía de Jesús de Villagarcía.

Por su parte, Lorenzo Vaquero apela indicando que la acusación es falsa, poniendo como ejemplo el testimonio de un labrador que, en la fecha de su declaración, se encontraba sido alistado junto a otra mucha gente marchando a Alcañices, en la frontera con el reino de Portugal.

Otros testimonios incorporados indican que varios transportistas metieron vino procedente de Villabrágima a instancia del convento de San Pedro Martir, detallando las diversas casas y bodegas en que dejaron el vino.