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Fueron obtenidos de un libro antiguo de contaduría apareciendo con las transacciones y las cantidades adeudadas.

El responsable de la contaduría era Andrés Merlo, contador mayor de la casa de Benavente y encargado de realizar las transacciones de los acreedores. Entre estos estaban: las deudas contraídas por los impuestos de lanzas y media annata ante Hacienda por los títulos y grandezas que poseían (D.348-354); mercaderes como Lorenzo Tarsis con tienda en la Puerta del Sol (D.355 y 356), Miguel Negrete (D.362-365), Manuel de Lumbreras con tienda en la calle Mayor (D.375-381), Manzano Martínez con puesto de sedas en la Puerta de Guadalajara (D.391-395), Santiago Angelin (D.442), Toribio Martínez de Novales (D.454) y Vicente Merino (D.461-465); los sastres Luis de Villahermosa (D.357-359) y Valeriano Talo (D.458-460); el abogado de la Real Chancillería de Valladolid, Manuel Patiño (D.370), Tomás Jiménez, abogado del conde duque (D.449) y Vicente Benavides, abogado de los Reales Consejos (D.446); el oficial mayor de contaduría Manuel Miguel de Cerbatan (D.385-387); maestros abaniqueros como Manuel de Zayas (D.390) y Manuel Robledo Hinojela (D.406 y 407); maestro teatrista Manuel Avecilla encargado de trabajos y madera para teatros (D.396); Manuel de San Miguel, autor de la Compañía de Cómicos de Guerrero (D.402 y 403); Manuel García Cerro truquero en la calle de Segovia, con mesa de trucos, dos docenas de tacos y las bolas (D.405); el médico Pedro Sedano (D.426-428); el librero Pedro del Castillo (D.431 y 432); los relojeros Pedro García Zazo (D.483) y Pedro Lafont Lantheaume con tienda en la calle de las Carretas (D.435-437); el cirujano y sangrador Santiago Alviz (D.440 y 441) y el secretario jubilado de los estados de Gandía, Vicente de Arana (D.469).

Entre los oficios también había: boticarios, mayordomos, camareros, cerrajeros, guarnicioneros, ebanistas, herreros, cordoneros, tallistas, comerciantes, zapateros, cereros y latoneros.