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Por Real Orden de 14 de septiembre de 1877, aclarando las condiciones impuestas en la Real Orden de concesión, se declara que los concesionarios pueden disponer libremente del guano que exploten y contratar su extracción como les convenga, siempre que la razón social no varíe. El ministro de Estado remite copia de la solicitud presentada por John S. Edwards, de Baltimore, pidiendo la explotación del guano de las islas Mona y Monito, pagando los derechos de importación correspondientes. El gobernador general remite, para su aprobación, las reglas que ha dictado para la explotación del guano en dichas islas.