Patronato Real
0834 - 1851
Predomina 1476-1598
Colección
Archivo General de Simancas 3. Colecciones
En puridad, la historia de la custodia de la documentación que integra esta colección se remonta al igual que la historia del Archivo, al año 1509 en que Fernando el Católico comisiona al bachiller Diego Salmerón para que recoja, de entre todos los depósitos, aquellos documentos tocantes a la Corona Real y los deposite en la Chancillería de Valladolid. Le sucederá en el cargo el licenciado Francisco Galindo, como 'tenedor de las escrituras tocantes a nuestro Patrimonio Real'. En febrero de 1526 el licenciado Vázquez de Acuña pasará a ser responsables de la guarda de estos documentos. La actuación de estas tres figuras queda bastante desdibujada y sus proyectos, en gran medida, fallidos, si se los compara con la obra de Catalán y Ayala, sobre todo. Pero de su primera recopilación y custodia se nutre la parte más antigua de las distintas series de Patronato Real. Ingresos significativos hasta el nombramiento en 1545 de Antonio Catalán hay cuatro: en 1540 lo procedente de la Chancillería de Valladolid; en 1543 lo del Castillo de La Mota, de Medina del Campo y 1544 lo remitido por el Monasterio de San Benito, de Valladolid y los fondos indianos. Todas estas remesas contribuyeron a engrosar la futura colección de Patronato. Un hito importante en la historia del Archivo y por ende de la colección, es la figura de Catalán que realiza una labor sistemática de envío de órdenes reales a distintas instituciones a fin de recabar fondos tocantes a derechos de la Corona. En 1548, bajo la tutela del licenciado Briviesca de Muñatones tendrán lugar nuevos ingresos, tanto de las Contadurías como de particulares (la nutrida e interesante colección reunida por Francisco de los Cobos en su palacio de Valladolid). Esta última tendrá especial incidencia en la colección de Patronato Real. El punto de inflexión en las dos historias paralelas de archivo y colección lo realizará Diego de Ayala, verdadero creador de Patronato. Desde 1561, año de su nombramiento hasta 1594 de su muerte, realizó una vasta labor de recuperación documental siguiendo minuciosamente las instituciones filipinas en la línea de las ya marcadas a su predecesor. La década 1563-1574 es decisiva en la historia de la colección. Ayala procede a su organización con la base documental anterior y la que él incrementa acompañándola de una instalación acorde a las características de una colección única. Habilita una sala denominada 'Patronazgo Real'. Manda construir arquetas de madera adornadas con herrajes, escudos y rótulos indicadores de la documentación que albergan así como alacenas con una separación estricta de las distintas series de la colección. Sincronía perfecta entre organización y ubicación. Los ingresos más significativos con una repercusión directa en el incremento de Patronato Real tuvieron lugar en 1568 (Bulas de Cruzada, Patronato Real de Granada); 1572 (compras de Sitios Reales, Estado, Cámara, Indias); 1575-1577 (Testamentos, Juramentos, Concilios, etc.). Con la desaparición de Ayala en 1594 y la de Felipe II se puede dar por consumada la obra de Patronato Real. A lo largo del XVII al hilo de las distintas remesas se incorporarán algunos documentos (Patronato Eclesiástico, Junta General de Reformación, etc.) labor, que, de modo esporádico, continuó hasta el siglo XIX. Documentos sueltos de excepcional interés para la Corona real (Testamento de Carlos II y Mª Luisa de Saboya, la renuncia de Felipe V a la Corona francesa, Concordato de 1753, etc.) se irán incluyendo a lo largo del siglo XVII. En la 2ª mitad de este siglo la colección será objeto de un gran interés por parte de la monarquía que buscará en ella los antecedentes en que apoyar la política regalista y la defensa del derecho de Regio Patronato, tan debatido entonces. Ello explica las múltiples copias de sus inventarios remitidas a la corte así como parte de sus fondos documentales.
El fondo documental englobado bajo la denominación de Patronato Real responde al concepto de colección documental. Su origen no obedece al resultado de una gestión institucional sino a la voluntad personal que igualmente determina la unión y relación entre los documentos que la integran. Pero ésta no es una mera colección de documentos. Su originalidad, su carácter único, deriva de su naturaleza, su origen y su historia (último tercio del siglo XVI). Patronato Real es una propuesta real en su nacimiento (Carlos V) y una obra real en su desarrollo (Felipe II). Su constitución va indisolublemente unida al nacimiento y configuración del Archivo. Trasciende del carácter de colección unificada bajo el común denominador de defensa de los derechos de la Corona para erigirse en el archivo del Rey dentro del Archivo: el núcleo de su poder. Su organización, ubicación y descripción son realidades sincrónicas, dirigidas y validadas por Felipe II. En su nacimiento y constitución hay dos hitos fundamentales: uno lo vincula a Carlos V y al nombramiento por este del licenciado Antonio Catalán (1545-1547) como primer responsable de las escrituras depositadas en Simancas. Por orden real debía proceder a la recogida entre los distintos depósitos documentales (Audiencias, Contadurías, Secretarías, Embajadas, Corregimientos, etc.) de la documentación tocante a la Corona Real, Patronato y Patrimonio Real para su custodia en Simancas. A partir de este momento la andadura del Archivo y la historia de la colección correrán paralelas. La sustitución de Catalán, tras su muerte, por el licenciado Briviesca de Muñatones en 1548 no tuvo incidencia en la vida de la colección. Será a partir de 1561 cuando el proyecto de Patronato Real tome verdadera significación y llegue a su máxima expresión. Su autor será Diego de Ayala, quien, siguiendo instrucciones expresas de Felipe II, establece los principios para la organización, instalación y descripción de la colección a la que da carácter definitivo. Se puede decir que Patronato Real es obra de Diego de Ayala porque con él se cierra y consuma. Con un criterio bien marcado de documentos tocantes a la Corona y Patrimonio regio selecciona y organiza 'repartiendo por facultades' las escrituras tocantes al estado real. Elabora un ingente número de inventarios con descripción minuciosa de su contenido y todo lo somete al veredicto real quien decide, al fin, qué se incluye y qué se excluye. En 1574 el trabajo está consumado. Desde entonces hasta el siglo XIX sólo se incorporarán de modo esporádico en las distintas series documentos sueltos que por su excepcional interés son remitidos por los numerosos órganos políticos para integrar la colección. Fundidos en el proyecto filipino de aislar lo que se considera la garantía de los derechos de la Corona, hay en la colección documentos de muy variada procedencia institucional. La selección se produjo sobre fondos procedentes de múltiples organismos, que operan a nivel de serie. No obstante, se puede destacar el protagonismo de la Cancillería Castellana como responsable de un importante número de diplomas medievales. Patronato Real concentra la documentación más antigua y, dentro de ésta, la más relevante, en número, a cualquier otro fondo. La Cancillería Vaticana también encuentra en este fondo su expresión más brillante en una amplia colección de Bulas y Breves dispersa en varias series. El Consejo Real de Castilla, desde fines del siglo XIV y los Consejos de Estado y Cámara desde la época de Carlos V constituyen con notable diferencia al resto el cuadro de productores básicos de la documentación
Por selección, recogida y custodia realizadas por distintos comisionados regios a lo largo de la primera mitad del siglo XVI en distintos depósitos documentales tales como la Chancilleria de Valladolid, el castillo de la Mota de Medina del Campo, el Monasterio de San Benito de Valladolid etc. Por las primeras transferencias efectuadas al archivo de Simancas de distintos órganos productores, que tuvieron lugar en la segunda mitad del siglo XVI., sobre las que el primer archivero del centro, Diego de Ayala, hizo una selección documental bajo supervisión real.
El carácter de colección documental de Patronato Real y su especial naturaleza y significación harán de ella el fondo más rico del Archivo en cuanto a tipología documental se refiere. En ella se dan cita los más diversos tipos porque múltiples fueron sus productores y distinta la naturaleza del negocio jurídico.
La concentración de los documentos más antiguos y solemnes con homogeneidad temática, derechos de la Corona, contribuye a ampliar esta tipología. Destaca, igualmente, frente a otras secciones del Archivo el predominio, dada la naturaleza del fondo, de unidades documentales aisladas, simples, no constitutivas de expediente.
Por su dispersión en distintas series y concentrarse aquí el mayor número, sobresalen las Bulas y Breves, hecho obvio dado el carácter del derecho de patronato. Los Testamentos reales, las Capitulaciones y contratos matrimoniales, igualmente como documentos acreditativos del traspaso de los derechos reales. Los Tratados de paz, Treguas y Capitulaciones políticas entre estados o poderes. Las Credenciales, Instrucciones a embajadores, Poderes o simples Cartas de contenido diplomático. Los privilegios reales de traspaso de derechos o concesión de merced y confirmación a distintas instancias civiles, eclesiásticas y particulares. Las escrituras de Renuncias de poder e Instrucciones dadas por los Reyes en sus ausencias (Carlos V).
Los Libros de juramento o Pleitos-homenaje, bajo formato de libro y con esmerada encuadernación incluyen distintos tipos documentales que constituyen las escrituras o hitos fundamentales del proceso de un juramento real o rendimiento o pleitesía (Cédulas, a distintos poderes, de convocatoria de Cortes, Cartas de Poder, Actas del juramento y homenaje, Despachos a los grandes del Reino, etc.).
Libros de Patrimonio Real. Al igual que los anteriores se incluyen en una unidad, el libro, el conjunto de Escrituras de compra-venta, Autos, Ejecutorias, Escrituras de trueque, que afectan a instituciones o particulares en el proceso de compra o cesión o adquisición por la Corona de un Sirio Real. Acompañan Expedientes de averiguación de rentas, vasallos o Vecindarios.
Finalmente, en relación al tema de Cortes, existen Actas, Ordenamientos, Memoriales de agravios, Cédulas de convocatoria ... etc. No se debe olvidar por su alta significación archivística como proyecto estatal la serie de Libros de copias (33) en los que Diego de Ayala copiaba 'lo perpetuo', aquello que bajo expreso deseo del monarca debía ser incluido por su trascendencia de entre la documentación que acompaña la colección.
El alcance de la colección cara a la investigación es muy rico en varios frentes:
-Política exterior: relaciones con distintos territorios del ámbito peninsular y europeo.
-Relaciones Iglesia-Estado o Papado y Monarquía (Concilios, Reformas monásticas, inquisición, ejercicio del derecho de Patronato, etc.).
-Patrimonio regio y Corte: proceso de constitución de los grandes Sitios Reales.
-Cortes de Castilla y Guerra de las Comunidades.
Por tratarse de una colección documental histórica cerrada, ninguna de estas funciones tienen en ella aplicación.
Sobre la base documental anterior y con los ingresos efectuados en el Archivo durante su mandato, Diego de Ayala creó y organizó la colección siguiendo un criterio claro: reunir las escrituras referentes a derechos de la Corona, Patrimonio Real y Patronato, distribuyéndolos por grupos y clasificándolos conforme a estos tres conceptos.
En relación al primero, derechos de la Corona, estableció distintas series relativas a Capitulaciones de desigual naturaleza con estados interiores y exteriores. En relación con la segunda, derechos de Patronato, fragmentó la documentación en grupos como Patronato Eclesiástico, Cruzada, Subsidio, Reformas eclesiásticas, Patronato Real de Granada, etc. El Patrimonio regio lo concentró en una serie relativa a adquisiciones de derechos e inmuebles para los Sitios Reales.
El número de series o grupos fue muy superior en tiempos de Ayala a los hoy existentes. De ahí el gran número de inventarios que este archivero remitió a la Corte para su aprobación. No es extraño, si se tiene en cuenta que Patronato Real es una obra en la queda patente la impronta de Felipe II. Algunos grupos albergan un escasísimo número de documentos por referirse a acontecimientos puntuales.
De esta primitiva organización da buena cuenta el Inventario General hecho por Antonio de Hoyos en 1630.
Posteriormente se procedió a englobar algunos grupos en series con denominación más amplia, a sacar obras de su lugar de origen por considerar que debían encontrarse en el lugar propio de su órgano productor (Diversos de Castilla) y ya en períodos más recientes (siglo XIX) a introducir nuevos grupos siguiendo el criterio de la excepcionalidad o brillantez de su formato (Planimetría de Madrid, Becerro de las Behetrías, etc.).
Documentos de titularidad estatal de libre consulta a todos los investigadores, previa identificación personal.
La reproducción de los documentos está sujeta a la normativa vigente.
El castellano, aunque dominante, convive en alterna proporción con el latín. Son frecuentes el inglés, francés, alemán, italiano, ruso, griego e incluso árabe.Como escrituras dominantes destacan la humanística y cortesana. No están ausentes la letra carolina o la letra de albaláes.
Estado de conservación bueno. Alterna en la misma proporción el papel y el pergamino. El primero en tamaño folio y doble folio. El segundo en una amplísima variedad de tamaños y formatos. Es muy frecuente la presencia de libros con esmeradas encuadernaciones en piel, tafilete, terciopelo, seda, etc, y variados ornamentos.
Bueno
La totalidad de la Colección está digitalizada en soporte CDROM, pudiéndose consultar y obtener las reproducciones a partir de este soporte en el Archivo General de Simancas.
La sección Real Patronato del Archivo General de Indias contiene la documentación procedente de la serie Patronato de Indias que pasó al AGI con el resto de la documentación del AGS. Véase http://censoarchivos.mcu.es/CensoGuia/fondoDetailSession.htm?id=1015790
Por tratarse de una colección documental constituida de distintos fondos de Archivo destacamos como organismos matrices que completan sus fondos los siguientes: Consejo de Estado; Consejo Real de Castilla; Consejo de la Cámara; Casa y Sitios Reales.