MÉXICO. Consulado de España en Veracruz
1840 - 1950
Fondo
A partir de 1821, fecha en la que el antiguo virreinato de Nueva España accede a la independencia política, comienza un largo y complejo periodo histórico. Las grandes potencias europeas, Francia y Gran Bretaña, así como los EEUU, aprovecharon para llenar el vacío que había dejado España. Esto forzó a las autoridades españolas a descartar la recuperación del antiguo virreinato y, a partir de la muerte de Fernando VII, se optó por el establecimiento de relaciones diplomáticas. En 1835 se inician las negociaciones, que culminan en el Tratado de Paz y Amistad entre México y España el 28 de diciembre de 1836. Tras la firma del tratado se procede al establecimiento de legaciones diplomáticas por parte de ambos países. En el caso de España, se nombra en 1839 a Ángel Calderón de la Barca como ministro plenipotenciario, a Agustín de Letamendi como cónsul en México y a Miguel Ruiz Sainz como cónsul en Veracruz. El Consulado de Veracruz continua en la actualidad, con el nombre de Consulado Honorario en Veracruz.
TRANSFERENCIA
Una de las principales funciones de la institución consular ha sido la acción protectora del Estado a sus nacionales en el exterior. La evolución y desarrollo de las corrientes migratorias de España a México han influido en la organización de sus consulados. Por ello, este inventario es interesante, fundamentalmente, para el estudio de los movimientos migratorios. En consonancia con la dinámica de algunos países europeos, España se convirtió entre finales del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX en un país de emigración de carácter económico. El período de mayor afluencia tuvo lugar fundamentalmente entre 1880 y 1930. Es la época de emigración masiva de los españoles a América, con una importancia social y un peso demográfico muy superior al de la época colonial. El declive de las migraciones ultramarinas dirigidas fundamentalmente a Iberoamérica se produce en el momento en que esas naciones del continente hispanoamericano comienzan a sufrir los efectos de la recesión económica de la posguerra. La emigración de 1910 coincide con la desaparición de un determinado tipo de emigrante español que abandonaba el país de por vida y cuyo propósito fundamental era ascender en la escala social. El Derecho convencional de la época refleja esta situación y la protección consular iba dirigida principalmente a la salvaguarda de los intereses de un emigrante acomodado. Por esta razón los tratados consulares suscritos por España durante el siglo XIX solían introducir garantías tales como la libertad para el ejercicio del comercio y la industria, la exención de cargas fiscales discriminatorias para los españoles en razón de su condición de extranjeros, la posibilidad de que éstos pudieran recibir herencias y legados. A finales de la década de los cincuenta se produce un cambio trascendental en la historia de los movimientos migratorios españoles. Desde una perspectiva sociológica estos movimientos migratorios se caracterizan por su pretendido carácter temporal y la imposición a los trabajadores extranjeros de severas restricciones políticas y sociales. A partir de estos años los Consulados fueron relegados al ejercicio de las funciones de protección consideradas como "tradicionales", tales como asistencia jurídica en materia de Registro Civil, el ejercicio de la fe pública notarial y diligencias en materia sucesoria, la protección de los nacionales menores o incapacitados y la defensa de los derechos de los nacionales ante las autoridades locales. Así mismo continuaron practicando el papel de ejecutores de la Administración de Policía (controlando a sus colonias a través del Registro de Matrícula y mediante la expedición de certificados de nacionalidad, el otorgamiento de pasaportes, visados y otros títulos de viaje, vigilando el cumplimiento de sus obligaciones derivadas del servicio militar obligatorio). Frente a estas funciones de policía encargadas a órganos del Ministerio de Asuntos Exteriores, otras instituciones, como el Instituto Español de Emigración, ejercían otras, tales como la concesión de becas, subvenciones, asistencia educativa, etc.
La organización de este fondo se ha realizado siguiendo criterios orgánico-funcionales, respetando la principales competencias realizadas por el Consulado de Veracruz, tales como: protección de los ciudadanos españoles, Registro Civil, ejercicio de la Fe Pública, actos de Jurisdicción Voluntaria, servicio militar, actividades relacionadas con la navegación, funciones recaudatorias, u otras de carácter administrativo como la tramitación de pasaporte, policía sanitaria, funciones aduaneras, actividades relativas al procedimiento administrativo.
El cuadro de clasificación que ha dado lugar es el siguiente:
1. Actividades notariales y registrales
2. Asuntos socio-laborales
2.1. Beneficencia
2.2. Emigración
2.3. Sanidad
3. Cancillería o actividades administrativas
3.1. Gestión
3.2. Servicio militar
4. Contabilidad
4.1. Ingresos
5. Economía, comercio e industria
5.1. Aduanas
5.2. Agricultura, pesca y alimentación
5.3. Cámaras de comercio e industria españolas
5.4. Comercio
5.5. Transportes marítimos
6. Guerra y defensa
6.1. Marina de Guerra
7. Justicia
7.1. Administración de Justicia
8. Política
8.1. Política exterior
8.2. Política interior
8.3. Política interna de México
9. Protocolo
10. Registro
10.1. Administración Pública española
10.2. Administraciones Públicas de México
10.3. Correspondencia
10.4. Cuerpo diplomático de otras naciones
10.5. Embajada
10.6. Particulares o Sociedades
10.7. Representaciones diplomáticas españolas en México
10.8. Representaciones diplomáticas españolas en otros países
10.9. Secretaría de Estado y del Despacho de Estado/Ministerio de Estado/Ministerio
11. Registro Civil y de Nacionalidad
11.1. Registro Civil
11.2. Registro de Nacionalidad
12. Varios
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Español (Alfabeto latino).
(10)065.000 Inventario del Consulado de España en Veracruz
ABRISQUETA MARTÍNEZ, J. (1977). La organización consular (el Derecho consular internacional y la legislación española sobre la institución consular). Instituto Editorial Reus, S.A.
FERNÁNDEZ JIMÉNEZ, M.A. (1996). Las relaciones diplomáticas entre España y México a través del cónsul Agustín de Letamendi (1839-1842). Historia y Comunicación Social, 1. Madrid: Servicio de publicaciones Universidad Complutense.
PAZ AGÜERAS, J.M. (1999). La Administración General del Estado en el Exterior. Ministerio de Asuntos Exteriores.
Archivo General de la Administración, instrumentos de descripción: (10)003.010 - "Legación/Embajada de España en México" (10)005.000 - "Catálogo de libros de los órganos del Servicio Exterior" (10)058.000 - "Viceconsulado de España en Durango" (10)059.000 - "Viceconsulado de España en Guaymas (Sonora) (10)060.000 - "Consulado de España en México" (10)061.000 - "Legación/Embajada de España en México" (10)062.000 - "Viceconsulado de España en Monterrey" (10)063.000 - "Viceconsulado/Consulado de España en Tampico" (10)064.000 - "Viceconsulado de España en Tapachula"