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Ante Bernal Jordán, Pedro Sánchez y Lorenzo Lázaro, como procuradores de los herederos y labradores de la tenencia de la granja de Cocos, en el término de Somed, Mateo de Rufas, procurador del monasterio, recuerda como se había alcanzado un acuerdo entre ambas partes por el cual, para evitar los daños en las heredades y viñas, los labradores no podían pacer ni yacer con sus bestias durante la noche, requiriéndo alos primeros que continuen cumpliendo dicho acuerdo o se pondrían en ejecución las penas sobre sus bienes.