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El gobernador general de Filipinas remite al Ministerio de Ultramar, el presupuesto para la reparación de los desperfectos ocasionados por los terremotos de julio de 1880, en el edificio de la antigua Aduana, ocupado por las oficinas de Hacienda, y comunica haberlo aprobado por el carácter urgente de las obras. En 1881, envía los proyectos redactados por el ingeniero jefe José Ríos, para la habilitación de un aposento en estas oficinas, que sirva para arca de los caudales públicos y el presupuesto de reparación de la cubierta de hierro del edificio, debido a los daños ocasionados por el huracán del 19 de agosto de ese año. Acompañan dos planos.