Historia Institucional / Reseña Biográfica:
El Colegio de Santo Tomás de Manila, fundado por la Orden de Predicadores en 1619, fue erigido en Universidad por Real Cédula de 20 de noviembre de 1644, con el título de Real y Pontificia Universidad de Santo Tomás de Manila. Las cátedras se proveían y sostenían por la Orden de Santo Domingo y eran servidas por religiosos de la Orden, excepto la de Instituta que proveía la Real Audiencia en un secular cuyo salario se pagaba de la Cajas Reales. En 1786 se formaron nuevos estatutos en los cuales, para allegarla algunos fondos, se estableció el pago de ciertas cantidades por derechos de matrícula y por expedición de los grados de Bachiller, Licenciado o Doctor, aunque muchas veces no se pagaban alegando pobreza y en otros casos, para no tener que pagar, los alumnos preferían no hacer estudios superiores o no graduarse. Esta escasez de medios determinó que se crearan muchas menos cátedras de las que proponían los Estatutos.
En los distintos Planes de estudios propuestos en 1856, 1862 y 1866, no se hacían variaciones sustanciales en el régimen ni los estudios de la Universidad. La reforma más profunda que se planteó, fue la que se decretada en 6 de noviembre de 1870 que proponía la laicización de la enseñanza. Dispone que la antigua Real y Pontificia Universidad del Colegio de Santo Tomás de Manila se llame en adelante Universidad de Filipinas y sea dirigida por un Rector que ya no sería un religioso, nombrado por el Gobierno entre los catedráticos. El rector actual del Colegio de Santo Tomás, conservará el carácter de Decano de la facultad de Teología con todos los derechos que hoy tiene. No se mantuvo mucho tiempo este proyecto porque en 1871 el gobernador superior civil decretaba la modificación de lo dispuesto y volvía las cosas a su estado anterior.
El Real Decreto de 29 de octubre de 1875, reorganizando los estudios en la Universidad de Manila, derogaba los Decretos de 6 de noviembre de 1870 y asimilaba en lo posible la enseñanza de las islas a la de la Península. A la vez que reconoce el título de Real y Pontificia a la Universidad, dispone que tiene que estar regida y administrada por un rector y un vicerrector nombrados por la Orden de Santo Domingo, a cuyo cargo está la Universidad y con cuyas rentas se sostiene. Esta situación se mantuvo en el Reglamento de la Universidad de 1880 y en el Proyecto de Decreto de 1889, reorganizando los estudios de Facultad en la Universidad de Santo Tomás, en el cual se insiste en que las facultades de Medicina y Farmacia, aunque constituyendo parte integrante de la Universidad, continuarán instaladas en el Colegio de San José.