Alcance y Contenido:

La décima era un subsidio extraordinario que el papa concedía a la Corona para ayudar a financiar determinadas acciones que se suponía que beneficiarían a la Iglesia. Cuando el monarca alegaba esta circunstancia y la Santa Sede aceptaba, la décima parte de las rentas de todos clérigos del territorio, que en principio correspondía a la Cámara Apostólica, era cedida total o parcialmente al monarca. Lo que en principio era un impuesto extraordinario tendió a convertirse en un tributo casi ordinario del que se beneficiaba la Corona. Esta división de fondo está formada por los libros contables presentados al maestre racional por los subcolectores eclesiásticos que recaudaban dicho tributo en sus respectivas demarcaciones (en los períodos en los que la décima había sido cedida por el papa a la Corona), y por los comisarios específicamente designados por el rey a fin de organizar la recaudación de la parte de la décima otorgada y de otros subsidios eclesiásticos concedidos por los papa entre 1305 y 1467. Predominan nítidamente los de diócesis catalanas (Barcelona, Gerona, Elna, Lérida, Urgel, Vic, Tarragona y Tortosa), pero también los hay de las diócesis de Cartagena, Huesca, Mallorca, Segorbe-Albarrazín, Tarazona, Valencia y Zaragoza.