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Protesta de España por las condiciones de paz acordadas entre el Imperio y Francia porque se había omitido al Rey de España en esta pacificación, las negociaciones directas sólo tuvieron lugar entre los embajadores del Emperador, los de Francia y los de Suecia.
La casa de Borgoña no quedaría como miembro del Imperio en tanto no se arreglasen las diferencias entre Francia y España. Según lo estipulado, ningún príncipe de la casa de Austria tendría derecho sobre las ciudades situadas a uno y otro lado del Rhin, y al aceptar España esta renuncia se vería privada de los dominios de Alsacia, antiguo patrimonio de la casa de Austria, y también del Palatinado Inferior, sin compensación ninguna. Francia, en cambio, se vería compensada, entre otras cosas, con los tres obispados de Metz, Toul y Verdún. Se quejaba también por haberse alterado el lugar del Congreso, que empezando en Münster había concluido en Osnabrück.
Por la paz de Francia no se debía alterar la transacción burgúndica y en general no debía procurarse semejante paz en detrimento de un rey confederado.
Todos los estados recuperaban lo que era suyo o conseguían mayores ventajas. Todos y cada uno gozarían del derecho del postliminio y del beneficio de la abolición y olvido de lo pasado.